Con la victoria de Alejandro Tabilo sobre el juvenil Bor Artnak, Chile necesitaba asegurar la victoria de Nicolás Jarry (146°) sobre Blaz Rola (179°) en el segundo partido de la serie por el repechaje del Grupo Mundial I de la Copa Davis. En el papel no asomaba como un duelo fácil, porque el zurdo es un jugador de amplia experiencia en el circuito y con golpes bastante potentes. Y así fue: tuvo que trabajar bastante para llevarse la victoria por 6-3, 3-6 y 7-5, en dos horas de juego.
A pesar de que el europeo perdió un par de días de entrenamiento por una intoxicación alimentaria, los efectos de esta situación no se notaron en la cancha y el nieto de Jaime Fillol debió extremarse para resolver el acertijo que le planteó su rival. En el tercer juego, Nico salvó tres puntos de quiebre a puro saque y comenzó a ganar confianza tras un inicio algo dubitativo.
Bajo el sol que apareció justo para el partido, el crédito local se animó con el apoyo de los cerca de 1.600 espectadores que llegaron al Club de Tenis Unión de Viña del Mar. El ex número 38 del mundo anduvo muy firme con el revés, golpe que le permitió romper el servicio del europeo en el sexto juego y controlar el set inicial.
Con el correr del parcial, Jarry creció en solidez y sacó todo su repertorio de tiros. Con muchísima categoría, cerró con un ace el primer parcial.
Las dudas
Cuando todo parecía ir sobre ruedas, el jugador nacional sufrió un bajón en el inicio de la segunda manga. Rola le quebró en el segundo game. Sin embargo, reaccionó de inmediato y devolvió la ruptura. Todo estaba en orden nuevamente, aunque no por mucho tiempo.
En el octavo juego, una serie de malas decisiones subiendo a la red le costó el quiebre al crédito nacional. Esta vez no hubo recuperación y la definición del segundo punto de la serie se fue a un tercer set.
Había que reenfocarse. Desde la banca, Nicolás Massú alentaba y trataba de levantar a su pupilo. El público también hizo lo suyo y Jarry se volvió a prender. Ajustó los golpes, devolvió profundo y logró el ansiado quiebre para quedar 3-1. No obstante, otra vez la irregularidad lo capturó y el esloveno le rompió de vuelta.
El desenlace se llenó de emociones y había que saber gestionarlas para salir airoso. La circunstancial segunda raqueta nacional caminó por la cornisa, pero logró sacarse las dudas y quebrar en el duodécimo game para llevarse el duelo. De pasó, cortó una racha de tres derrotas consecutivas en el certamen y, lo más importante, le dio el 2-0 a Chile sobre Eslovenia.