El destape de Nicolás Jarry era algo largamente ansiado por el tenis chileno. La primera raqueta nacional vive el mejor momento de su carrera, ubicándose en el número 61 del mundo con apenas 22 años, algo que lo transforma en una de las grandes esperanzas del deporte chileno. De a poco se acostumbra a convivir con su nuevo estatus, pero en el fondo no pierde su esencia e ,incluso, le toma el gustito a enfrentar a los medios.
¿Siente que en estos días le cambió la vida?
Sí, igual sí. Se podría decir que al fin estoy donde siempre he querido estar. He trabajado toda mi vida y he soñado desde chico que iba a estar jugando a este nivel, contra este tipo de jugadores y teniendo buenos resultados en torneos ATP. Esto también ayuda a otro sueño, que es poder trabajar con un buen equipo; poder viajar no sólo con un entrenador, sino que tener la posibilidad de llevarme de viaje a más de uno de mi cuerpo técnico, para hacer de estos viajes más entretenidos, seguir cuidándome y seguir mejorando. O sea, poder llevar a Martín o a Wally (Grinovero) y además a algún kine o al preparador físico, para seguir metiéndole aun estando en la gira.
¿Qué sensación le produce ser el 16º mejor tenista de esta temporada?
Me gusta harto. Cuando lo vi me sacó una sonrisa. He estado jugando muy buen tenis contra jugadores muy buenos. Partidos durísimos, que los he podido sacar adelante. Me tiene muy contento la forma en que estoy jugando. Me siento tranquilo dentro y fuera de la cancha, entrenando. Temas familiares, personales, están todos bien. Estoy muy feliz en términos generales.
Hace unos días, Guido Pella se refirió a la superficie de Copa Davis y manifestó que no era que estuviera yendo Nadal a jugar Argentina como para preocuparse tanto de la cancha. ¿Sintió molestia por estas declaraciones?
No. Después él me contactó. No sé qué medio tomó esa nota y la cambió. No tenía ninguna mala intención. Lo que dijo es que si viniera Nadal había que poner una cancha que no le acomodara tanto. Yo creo que pusieron ese recinto más para tratar de ganar con la localía y se escuchen los típicos cánticos argentinos.
¿Y cómo vislumbra la serie?
Es bien entretenido. Va a ser una Copa Davis diferente, ya jugar contra Argentina va a ser algo muy entretenido y a la vez difícil. El estadio cerrado se escucha muchísimo. Yo estuve ahora en Sao Paulo, haciéndome una idea de cómo influye el público. Si es que van varios chilenos, nos va a ayudar mucho. Será un encuentro divertido para nosotros y también para el público. Seguro va a haber un par de peleas entre chilenos y argentinos. Ojalá no pase nada y todo sea bien deportivo.
A propósito de peleas, en Colombia no lo pasaron bien, tanto dentro como fuera de la cancha. Incluso, a usted mismo se le vio algo molesto con los hinchas locales. ¿Teme que ocurra lo mismo en Argentina?
No recuerdo bien lo que pasó. No es fácil jugar de visitante. La verdad es que fue duro mi partido, pero fue mucho más duro para Christian (Garin), que si lo hubiera podido sacar adelante, la serie hubiera sido diferente. Lo más seguro. Pero eso nos hizo más fuerte. Todas las experiencias malas ayudan a estar más preparado para después. Y yo creo que contra Argentina va a ser todo eso mucho peor, así que vamos a tener que estar más preparados mentalmente, más tranquilos. Tratar de no escuchar todo lo que se diga...
A su juicio, ¿cuáles son las posibilidades reales de Chile?
Va a ser una serie muy difícil. Ellos son los favoritos, tienen mucha experiencia en Copa Davis y nosotros vamos a estar allá abajo. Seguro les podemos hacer pelea, no la van a tener para nada fácil. Lo bueno es que la unión que tenemos nosotros es muy grande y que en verdad podemos llegar a jugar a un nivel muy alto y probablemente los podemos complicar. Vamos a tener que estar bien, ojalá estemos con el equipo completo y que todos estemos saludables. Todavía quedan un par de semanas y puede pasar cualquier cosa.
¿Siente que hoy más que nunca la obligación de llevar el peso del equipo?
No. Todos los partidos trato de ganarlos, sea la Davis o afuera. Son igual de importantes un partido en un ATP que el primer partido de una Davis o el último. Son todas ocasiones donde yo tengo que trabajar, dar lo mejor de mí y donde puedo tener un día malo o puedo llegar a tener un día bueno. Independientemente de eso, tengo que sólo trabajar. Trabajar bien antes, para llegar bien preparado y se va a dar lo que se quiera dar. Va a estar bien difícil eso.
Parece ser que cada vez es más difícil que un rival le dicte a usted las pautas de juego en un partido.
Siempre ha sido así. Yo creo que a veces he tenido más errores no forzados por desconcentración, cosa que jugando ahora a este nivel uno no se lo puede dar. Uno siempre tiene que mantenerse agresivo, porque cuando uno para de mandar, el otro empieza a controlar el partido y ahí pueden cambiar muy rápido las cosas. Si uno se relaja o uno trata de no cansarse tanto en un set, se puede desconcentrar y eso todavía no lo sé manejar. Yo creo que los grandes jugadores saben cuándo acelerar, cuando ir con el vuelito del partido, cómo controlar mejor las decisiones diferentes que transcurran y eso todavía no lo sé hacer. Pero de a poquitito con la experiencia, voy a ir viendo bien cuándo tengo que hacer ciertas cosas, porque por ahora juego todos los puntos con todo. Y puede pasar que me canse y no llegue bien a los tramos finales del campeonato.
Siempre ha estado instalada la idea de que usted rinde mejor en cemento, pero los resultados en arcilla parecen decir otra cosa. ¿En qué superficie se siente más cómodo?
Por ahora está bien arcilla. Yo siempre tengo más tiempo para jugar, he estado toda mi vida ahí. Pero cemento es un poquito más fácil y se acomoda a mi juego, todavía no sabemos. Estamos bien en los dos.
¿Qué le parece haber sido escogido entre los 11 deportistas con más proyección para Tokio?
Significa mucho que estén usando las cartas en mí. Somos varios los afortunados a los que nos pueden ayudar. Y para mí siempre jugar los Juegos Olímpicos ha sido un objetivo de los más altos que he tenido. Siempre es un orgullo representar a Chile en la Davis y siempre he querido hacerlo en las Olimpiadas. Los Panamericanos que jugué con Hans, que sacamos medallas, fueron muy bonitos. Me encantaron esas dos semanas y sé que los Juegos Olímpicos son diez mil veces mejor, diez mil veces más grande, más competidores y el ambiente debe ser increíble, así que ojalá pueda competir en Tokio, donde creo que va a ser un espectáculo enorme.