El nivel de Nicolás Jarry (28º) le permite soñar. Hoy es uno de los jugadores que nadie quiere enfrentar en el circuito y en el ATP 500 de Halle buscaba su primera semifinal sobre césped. Sin embargo, al frente tenía a otro tenista que pocos quieren tener al frente: el alemán Alexander Zverev (22º), lo que vaticinaba que el partido se iba a definir por detalles. Y lamentablemente para el chileno fue Sascha el que hizo pesar la solidez en su casa para tomarse revancha de lo ocurrido en Ginebra y quedarse con la victoria, por 7-5 y 6-3.
Ambos, poderosos sacadores, un factor clave para tomar la iniciativa en sus juegos de servicio. Así, cada uno se mantuvo firme en sus turnos de saque, con pocas opciones de ofrecer puntos tan largos. Además, el conocimiento que cada uno tenía del otro (dos triunfos por lado), también fue un factor interesante, ya que era la primera vez que se cruzaban en esta superficie.
El primer momento de apremio del que Nico logró salir se produjo en el sexto, donde salió de tres puntos de quiebre (dos consecutivos). Otra vez, su saque, su derecha y su concentración respondieron a cabalidad en una situación límite. Sin embargo, no lo pudo conseguir en el duodécimo juego, en el que por culpa de un par de errores no forzados terminó cediendo su servicio por primera vez en toda la semana, lo que además le costó perder el set inicial.
Otro quiebre doloroso
A diferencia del gran partido que hizo ante Stefanos Tsitsipas, el pupilo de Juan Ozón estuvo más errático de lo normal en la derecha y en algunas subidas a la red, detalles importantes a la hora de superar a Sascha, que se vio bastante sólido con sus tiros.
La consecuencia natural de esa falta de precisión del tenista nacional terminó costándole un quiebre en el segundo juego del segundo parcial. Una ruptura casi definitiva. Y si bien, el número uno del país siguió luchando, tampoco estuvo fino para aprovechar las escasas oportunidades que fueron surgiendo, especialmente en el interminable séptimo juego. Ahí tuvo tres opciones de quiebre, pero el local las salvó en una mezcla de aciertos propios y errores del chileno.
Con la frustración de no haber podido concretar, Jarry encaró la parte final del encuentro. Mantuvo su servicio, y volvió a tener una chance de break. Sin embargo, otra vez cometió un error no forzado con su derecha, lo que le permitió zafar a Zverev de esa situación y cerrar con angustia una importante victoria.
“Hoy no ha sido el resultado que me hubiera gustado, pero ha sido una buena semana. Tengo que seguir sumando experiencia en pasto. Mañana vamos a Eastbourne donde tendré una nueva oportunidad de seguir sumando partidos y seguir trabajando en esta línea”, expresó el Príncipe.
El ATP 250 de Eastbourne, que comienza la próxima semana, servirá como antesala para su regreso a Wimbledon, donde por primera vez será cabeza de serie gracias a la notable temporada que está teniendo.