La derrota de Daniela Seguel frente a la top ten griega Maria Sakkari obligaba a Nicolás Jarry a ganar su partido para llevar la serie por la United Cup a una definición en el dobles mixto. El número 19 del mundo esperaba enfrentar a Stefanos Tsitsipas (6º), pero a última hora el rival cambió, ya que Grecia decidió enviar a la cancha a Stefanos Sakellaridis (416º), pues su principal crédito prefirió dosificar por una lesión lumbar. Y Nico lo aprovechó imponiéndose por 6-3, 3-6 y 7-5, en dos horas y 20 minutos.
Nico comenzó con un ace y de inmediato deleitó a la gran cantidad de chilenos que llegaron al imponente Ken Rosewall Arena de Sídney. Un rápido quiebre en el segundo juego desniveló el trámite a favor del nacional, quien contó con la conducción del capitán, su abuelo Jaime Fillol.
El número uno nacional estuvo impecable con su servicio en el inicio. Como ya es costumbre, su derecha hizo mucho daño y eso mismo le ayudó a cerrar varios puntos en la red. Fue así como no fue de extrañar que ganara con holgura el primer set ante un rival de 19 años y de 1,98 metros de estatura.
En la segunda manga, las cosas cambiaron y se complicaron más de la cuenta. Nico dejó ir tres puntos de quiebre en el quinto juego, lo que se repetiría en el séptimo, lo que sirvió como una inyección de confianza para su rival. De hecho, esas oportunidades falladas trajeron severas consecuencias para el chileno, pues Sakellaridis sí fue efectivo en la primera ocasión que tuvo de quebrar. Luego logró soportar la presión y cerró el capítulo con su servicio para igualar las acciones.
La definición
El inicio del tercer set encontró a un Jarry tratando de sobreponerse al bajón que lo llevó a ceder el parcial anterior, cometiendo varios errores no forzados (35 en todo el duelo). En el segundo juego nuevamente se repitió la tónica de desaprovechar ocasiones de quiebre.
Sakellaridis, en tanto, fue creciendo en confianza y ganando solidez con su servicio, por lo que la tarea de aterrizarlo no era sencilla. Mientras que el tenista nacional se veía enfadado y descontrolado. “No puedo corregir”, se quejaba amargamente. Su abuelo le respondía que sí podía hacerlo y con más intensidad. “Te sobra talento, tienes que confiar en ti”, le insistió después.
Nico le hizo caso y puso por delante su experiencia para dar vuelta la situación. La presión surtió efecto y en el duodécimo juego llegó el ansiado quiebre que le dio el triunfo y estiró la definición de la serie al dobles mixto, que se jugará a continuación.