El viernes es un día especial en el golf. Es la ronda que determina el corte de cada certamen, la posibilidad de quedar en la primera mitad del tablero y jugar las rondas definitorias el sábado y domingo. La diferencia entre competir hasta el final o quedar tristemente eliminado.
El viernes de Joaquín Niemann en el PGA Championship 2018 fue más especial todavía. Para él y para todo Chile. Es que nunca antes un chileno había podido pasar el corte clasificatorio de un major y aunque la ronda de ayer se suspendió por lluvia, el nacional está 49º y, en la práctica, tiene asegurado su pasaje al fin de semana del torneo que disputa en el Bellerive Country Club de St. Louis, Missouri.
Además, como grafica la tabla, Niemann rompió el récord chileno de score en una primera ronda, que era de Hugo León; también ayer quebró el de la mejor segunda jornada, aunque no haya sido del todo positiva, pues acabó sobre el par. Un golpe por encima de lo que pide la cancha. Obviamente, el -1 en el acumulado de 36 hoyos (dos días) es otro récord que cae.
Pero Joaco enfrentó en la jornada un escenario de eliminación. No desde el principio, pues partía el día con el colchón de dos golpes bajo el par que había conseguido el jueves, que lo ubicaba 16º, a cuatro impactos del líder, Gary Woodland; sino desde la segunda mitad del recorrido, cuando el score ya no lo favorecía y el fantasma de fallar el corte se acercaba peligrosamente (aunque nunca lo alcanzó). Los golpes de Joaco grafican su día (ver tabla, considerando que partía desde el hoyo 10 y terminó en el 9).
Las primeras nueve banderas enfrentadas las salvó de buena manera. Los hoyos par tres fueron los que marcaron esa parte de la cancha. En los dos primeros que jugó hizo birdie (uno bajo el par), luego de acertar de manera brillante con el putter los tiros que buscan el hoyo y que no eran fáciles. La bola estaba a unos cinco metros de la bandera en ambos casos y Niemann no tembló. Pero en el siguiente par tres falló en la salida. El error lo enmendó en la bandera siguiente, el duro hoyo 17, que negoció de gran manera ubicando la pelota en los lugares precisos del fairway para llegar al green en tres palos.
Esa gran primera parte tuvo incluso al chileno entre los cinco mejores de la tabla.
Pero la segunda mitad del recorrido fue el más complicado. Arena, primero, y un tiro demasiado corto, luego, lo obligaron a marcar bogey (uno sobre el par) en el hoyo uno, y en el dos, lo peor: un doble bogey.
En esa parada, par cuatro, la segunda pelota del chileno se fue al agua y se perdió, por lo que tuvo que tirar de nuevo, castigado, bola que esta vez se fue a la arena.
El error no lo desconcentró. Prueba de eso es que anotó birdie en la siguiente bandera, otro par tres. Cuando Joaco marcó los bogeys en los hoyos cinco y seis fue cuando el asunto se puso peligroso. La proyección del corte, que pasan los 70 mejores scores más sus empates, estaba justo bajo su nombre en la pizarra. Así llegaba al hoyo final, que no dudó en atacar. El primer golpe, aunque se fue un poco a la derecha, lo dejaba con vista al green. El segundo quedó a un metro del objetivo. Acertar era fundamental y Joaco no falló.
Haberse ido a descansar con incertidumbre hubiese sido una prueba a sus nervios, más aún si se considera que la ronda se suspendió más tarde por problemas climáticos. Pero Niemann ya había cumplido con la historia. Aunque faltaba que buena parte de los jugadores terminara la ronda, en la práctica es imposible que el nacional baje del puesto 49 al 71.