Solo minutos después de que Joaquín Niemann se consagrara campeón del Genesis Invitational, el chileno tuvo un momento para reflexionar sobre el hito que consiguió. Una conferencia donde entregó las claves de su victoria, los momentos difíciles y las sensaciones que le quedaron tras recibir el trofeo desde las mano de Tiger Woods.
“Fue una semana super larga obviamente. Los dos primeros días pasaron rápido y fueron faciles por así decirlo, pero sabía que lo importante era el fin de semana, donde tenía que entrar con una mentalidad muy fuerte. Me sorprendí hasta a mí mismo con lo bien que estuve y lo bien que reaccioné a los tiros. Ha sido un año donde me faltaba la victoria, entonces me decía en mi cabeza que tenía que ganar y sabía lo que tenía que hacer para obtener la copa”, comenzó diciendo el chileno. Una declaración que deja en claro, que lo vívido hoy fue lo más difícil de todo el torneo.
Una ronda complicada, donde el campeonato se definió de forma dramática. Una sensación que comparte Joaco. “Cuando dije que tenía el torneo listo fue cuando metí el último putter. Aquí uno nunca sabe lo que puede pasar, como cuando en el 15 cambiaron las cosas muy rápido. Pero esto es así. Trate de mantenerme en mi juego y sabía lo que tenía que hacer. Nunca estuvo cantada la victoria”, agregó quien hoy se transforma en el campeón más joven del Genesis en más de setenta años.
Así el chileno conquistó su segundo trofeo en el PGA, uno que lo hace tener la confianza a tope. “Me siento otro jugador en este momento. Es un plus grande ganar este torneo, porque se hace en Riviera y porque era el mejor field de la historia. Todo eso suma para seguir sumando confianza y para decirme a mí mismo que puedo ser uno de los mejores del mundo, que puedo estar peleando y estar en lo más alto del ranking mundial. Esto sirve para seguir el camino que es llegar a ser número uno del mundo”, comentó sin titubear.
Sobre el hoyo final, donde el torneo aún no estaba definido, Joaquín fue claro. “Sabía que en el 18 tenía que hacer par o mejor para ganar. Sabía que iba con dos ventajas, pero siempre me puse en la cabeza que alguien iba a hacer birdie y que iban a terminar con -18. Salí a jugarlo como todos los días, pegué el drive en mi punto y salió perfecto. Después la pique donde quería, y en los putters solo quería meterla”, añadió.
Finalmente entregó sus sensaciones respecto al campo del Riviera Country Club, uno de los más legendarios del PGA Tour. “Es una cancha extraordinaria, hecha para un torneo como este. Del 12 al 18 pueden pasar muchas cosas, aún más en un field como este donde hay jugadores que pueden meter varios birdies y uno varios bogeys. En el 14 y el 15 se me enredó un poco, pero mantuve la actitud de seguir haciendo birdies y salió todo bien”, concluyó.