Niemann pierde el norte a última hora

Niemann pudo haber tenido un día especial en el WGC Workday Championship, pero terminó perdiendo los papeles en los nueve hoyos finales. Comenzó como un clase mundial y logró cinco birdies en la primera mitad, pero cuando todos pensaban que se venía el remate, el chileno flaqueó. Cerró la primera jornada con un -3 en su tarjeta... A Joaquín se le borra la sonrisa en el The Concession Golf Club. El talagantino concluyó en el puesto 13, a tres golpes de los líderes, el norteamericano Webb Simpson y el inglés Matthew Fitzpatrick.

Despuntó en el arranque y se dio un festín en la primera mitad del WGC Workday. El birdie del hoyo inaugural fue solo una probada de lo que el chico de 22 años tenía preparado. Los -1 fueron cayendo bandera por medio, hasta que en la octava consiguió otro birdie consecutivo (el quinto de la ronda), para quedar en -5. Mantuvo la cuenta en el noveno. Aunque faltaba el segundo turno por jugar, por entonces el chileno hasta comandaba la tabla. Florida lo disfrutaba.

Pero en la segunda parte la inspiración se esfumó. Inmediatamente se complicó en el green del hoyo 10 y firmó el primer bogey del día. Pese a que el golfista nacional logró sobreponerse con un birdie en la bandera 12, ya no se le veía tan fino como antes. A cuatro hoyos del término, volvió a sumar golpes a su tarjeta por otro bogey que le hizo ceder terreno.

Después volvió a naufragar. En el 15°, su primer golpe por centímetros no cayó en la arena y se complicó la vida. Lo intentó pero sumó otro +1 a la cuenta. La brújula que lo guio en la primera mitad, ya estaba desequilibrada cuando el talagantino llegó a las banderas finales.

Con tres banderas en par terminó su primera ronda del WCG Workday, quedando con una tarjeta de -3. En el papel un número aceptable, pero por cómo se dio la jornada, un golpe duro. A Niemann aún le queda fin de semana para reponerse, pero sin duda la segunda parte de hoy estará dando vueltas en su cabeza por largo rato. Demostró que tiene los golpes para hacer historia, pero lo perdió cuando ya saboreaba el asalto.

La tarjeta de Niemann: