Joaquín Niemann tuvo un sábado movido en la Riviera Maya. Comenzó a un nivel espectacular, logrando ponerse siete golpes bajo el par en el día. El problema fue que en los últimos siete hoyos firmó tres bogeys. De todas formas queda con -11 en la general y a la espera de las salidas finales terminen su ronda. Joaco todavía sueña con el título, pero el desenlace de hoy lo complica.
En la tercera ronda las sensaciones y ventajas de los jugadores ya quedan claras. El mapa de las pasadas anteriores demuestra de fácil manera los puntos favorables y los desafíos de quienes aún pelean por la corona. Por eso los primeros nueve hoyos eran fundamentales para Niemann. Ahí ha cosechado sus mejores banderas del torneo y ahí tenía que generar un margen que le permitiera llegar con confianza al tramo final, el que más le ha complicado.
Y en el arranque simplemente brilló. Pese a que demoró cuatro banderas en firmar su primer birdie, una vez que ese cayó, los restantes llegaron a destajo. Volvió a descontar en el cinco y tras un par en el seis, caminó raudo al siete.
Frente al par cinco sacó lo mejor de su repertorio y clavó un águila en el desafío de 554 yardas. Con la confianza de que su juego estaba al borde de la perfección, atacó la bandera ocho y volvió a castigar al campo.
La avalancha de birdies continuó en el 10 y el 11, dejando perplejos a los presentes en el World Wide Technology Championship. Compitiendo en una de las primeras salidas del día, el chileno se metía en esos momentos en lo más alto de la tabla. Con siete golpes bajo el par en el día, y -14 en la general, nadie estaba en mejor forma que Joaco.
El problema es que a lo largo del torneo siempre le ha costado cerrar con descuentos. No tiene ningún birdie en la semana tras el hoyo 13 y hoy esa mala estadística siguió imborrable. Solo aquello frenó una tarjeta que sacaba fuego en esos momentos del día.
Sumó bogeys en el 12, 14 y 17. Tres golpes que lo borraron de la punta, pero no de los primeros puestos. Sigue peleando arriba y el -11 con el que llega al domingo puede ser suficiente para no perder la ilusión del título. Sus rivales siguen jugando y la tabla no para de moverse. Joaco está cerca, pero tiene que mejorar si quiere ser el mejor. Los primeros nueve hoyos son su fuerte, los últimos su piedra en el camino. Mañana se sabrá el final del cuento.