El húngaro Kristof Milak, de 19 años, batió ayer con un registro de 1'50"73 el récord mundial de los 200 metros mariposa que tenía el mítico Michael Phelps desde Roma 2009 y que era de 1'51"51. Un niño diluye un hito de Phelps.
Michael Phelps se retiró en 2016 de las piscinas, pero su leyenda vive. Prueba de ello es que el récord que batió Milak fue más celebrado que la otra marca mundial que cayó en Gwangju, la de los 100 estilo pecho que el británico Adam Peaty se batió a sí mismo.
Phelps se había hecho de esta mejor marca en marzo de 2001, en Austin, Texas, dejando atrás por 25 centésimas la de su compatriota Tom Malchow, quien la poseía hacía menos de un año. Phelps fue el primero en bajar el minuto y 55 segundos.
A Michael Phelps aún le quedan en su historial los récords vigentes de los 100 metros mariposa y 400 metros combinados, además de tres competencias de relevos (ver tabla).
En pruebas individuales, el Tiburón de Baltimore también fue poseedor de las marcas de 200 libre y 200 combinados, ambos conseguidos en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.
Las dos plusmarcas las perdió en los Mundiales de Roma 2009, el de los bañadores de neopreno ahora prohibidos. El primero en manos del alemán Paul Biedermann y el de los estilos ante el estadounidense Ryan Lochte. Ambos tienen hoy esas plusmarcas.
La promesa húngara
Milak, otro miembro de la emergente generación, declaró: "Es un honor tremendo batir un récord así. En Tokio 2020 todos intentarán alcanzarme, pero estaré preparado".
En la piscina surcoreana, Milak adelantó por más de tres segundos a sus escoltas, entre los que estaba el sudafricano Chad Le Clos (ver tabla), dos veces campeón del mundo de la disciplina (2013 y 2017).
Con apenas 17 años, Milak ya había avisado de sus condiciones en los 100 metros mariposa de los Mundiales de Budapest 2017, donde se quedó con la medalla de plata. En ese mismo año había deslumbrado en los Mundiales Juniors de Indianápolis, donde consiguió cinco medallas, cuatro de ellas de oro. El año pasado, en los Europeos, en Glasgow, ganó la prueba que lo coronó ayer y el año pasado brilló en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires, con tres oros.
También ayer, el polémico chino Sun Yang, con dos oros ya a sus espaldas, fue sexto en los 800 libres, distancia donde fue campeón en Barcelona 2013 y Kazán 2015. "Estaba agotado. Mis piernas y mis brazos estaban doloridas, lo más duro es tener que gestionar un programa tan apretado. Lo tendré que hacer en Tokio en 2020", dijo el asiático, resistido por sus rivales por su escándalo de dopaje aún pendiente de sanción.