Colo Colo estaba sufriendo en Perú. Nada le salía al Cacique en su visita al Estadio Alejandro Villanueva, la casa de Alianza Lima. Sin hacer demasiado, y con la ayuda del grosero error de Esteban Pavez, los ‘Íntimos de La Victoria’ estaban en ventaja y rompiendo una maldición: en 2012 fue su último triunfo como local por la Copa Libertadores. Cuando el panorama estaba sombrío, la cabeza de Arturo Vidal fue la luz en el final del túnel, para dar un empate que le permite al Cacique mantener vivas sus opciones de clasificar a los octavos de final (el gran objetivo que se pusieron en Blanco y Negro).
La experiencia copera de Jorge Almirón fue un factor preponderante para inclinarse por el ex DT de Boca Juniors a la hora de renovar el cuerpo técnico post Gustavo Quinteros. Si bien el cuadro popular pasó sin mayores sobresaltos las fases previas, pasando los escollos de Godoy Cruz y Sportivo Trinidense, respectivamente, la fase de grupos es otra cosa. En ese sentido, el camino de Colo Colo ha sido más sinuoso, más allá de que llega al último partido con las chances intactas.
Con nueve partidos a cuestas en el certamen continental (fase 2, fase 3 y los grupos), ya se puede hacer una revisión del camino del Cacique. Una de las cosas que deja son los constantes cambios del entrenador argentino a la hora de plantear los partidos. Puede resultar o no, pero los experimentos de Almirón están a la vista y aquello no necesariamente le ha entregado soluciones a los albos en los partidos. Lo sucedido en la capital peruana, un duelo vital y catalogado como una final, es un ejemplo.
El Colo Colo versión 2024 comenzó planteando un 4-3-3, desde los amistosos de verano. Según declaraciones previas y viendo la historia del DT, éste es el esquema más utilizado por el exjugador. Al no tener un centrodelantero de su gusto, Almirón se la jugó por Carlos Palacios como el 9 falso, acompañándolo de punteros por los costados. Con el pasar del tiempo, esto se modificó al contar con Guillermo Paiva y/o Damián Pizarro, para que la “Joya” se ubicara más retrasado o bien abierto por la izquierda. En la retaguardia, también ha apostado por variantes, como poner a Alan Saldivia como lateral derecho (ante Trinidense, en Santiago).
Ya sea por bajas o el rival de turno, el 4-3-3 fue mutando hacia otras estrategias tácticas, para buscar otras respuestas a los partidos. Este aspecto va de la mano, en algunos casos, con la ubicación de jugadores en posiciones que no son las naturales. Directa o indirectamente, altera al funcionamiento de un equipo que, desde lo numérico, cuenta con un plantel amplio (si se compara con el resto de los clubes nacionales).
Almirón diseñó un 3-5-2 para enfrentar a Alianza Lima en Perú, con Esteban Pavez como líbero. Marcos Bolados, un habitual puntero, fue ubicado como lateral-volante por la derecha. Un nutrido mediocampo contó con el trío Vidal-Pizarro-Gil, con interiores que estaban encargados de hacer el tránsito hacia campo contrario. Arriba, Carlos Palacios flotaba en ofensiva, para ser el más cercano a Damián Pizarro, el ariete. El DT se la jugó por hacer un esquema espejo, igualar en el campo la disposición de los peruanos. Esto no resultó, porque el elenco popular mostró grietas en defensa y nula capacidad ofensiva para inquietar al portero Campos. El 62% de posesión de balón del primer tiempo fue inocuo, al tener cero remates a portería.
Consumada la igualdad, el extécnico de Boca defendió cómo planteó el partido: “El planteamiento lo entendieron los jugadores, estaba fácil de jugar y entender”. “En el primer tiempo estábamos acelerados y el rival nos generaba presión. El segundo tuvimos la misma formación y con más tranquilidad manejamos mejor la pelota”, agregó. En efecto, se preveían modificaciones en los albos para el segundo tiempo en Lima, sin embargo el DT reafirmó su idea inicial.
En el partido que se jugó en Santiago ante los peruanos, Almirón también recurrió a los tres centrales, insistiendo en Pavez como el líbero. Lo que sí llamó la atención fue la ubicación de Vicente Pizarro, como una especie de volante externo por la izquierda, tratando de reemplazar al ausente Erick Wiemberg. Por la banda diestra, fue titular Bolados. Fue un 3-4-2-1, con Vidal y Palacios “libres” como complemento de Guillermo Paiva. Coincidencia o no, los momentos más bajos de Colo Colo en la fase grupal han sido ante Alianza, precisamente cuando Almirón determinó cambiar el esquema. En ese partido que finalizó 0-0, el Cacique registró el 73% de posesión.
Marcelo Espina, exfutbolista, dirigente y técnico de Colo Colo, criticó el planteamiento del extécnico de Boca Juniors. “Si uno empieza a hilar fino en la declaración, él le da mérito a su planteamiento. Yo no coincido en esa parte, creo que desdibujó algunas cosas”, manifestó el exvolante en Radio Cooperativa.
“Expuso a Marcos Bolados en una posición que sabemos que no va. Después en la lectura del partido, equivocaciones, imprecisiones, no encontrar línea de pase como quiso decir, es parte del juego, es el análisis del entrenador. No creo que sea cargarle la culpa a los jugadores”, agregó el argentino. “Es la lectura cuando un equipo equivoca el camino. Hay que decirlo y el jugador no tiene por qué alterarse. Creo que jugar con tres centrales y esta modificación es no hacer una buena lectura para el partido y creo que no le termina resultando”, añadió.
La calculadora
En Macul estaban pendientes de lo que sucedía el jueves, en el choque entre Fluminense y Cerro Porteño, en Brasil. Para los intereses albos, requerían un triunfo de los cariocas. Y se dio esa ayuda. En el Maracaná, el campeón vigente superó a los paraguayos por 2-1, resultado que les permite avanzar de fase.
Con esto, el Ciclón de Barrio Obrero y el Cacique quedaron igualados en todos los criterios de definición: puntos (5), diferencia de gol (-1), goles a favor (3) y goles marcados como visita (2). Si quiere clasificar, Colo Colo tiene que ganar en Asunción el próximo 29 de mayo. Otra alternativa es un empate con goles, para tener más tantos de visita que su contrincante, además de que Alianza Lima no le gane al Flu en Río. Un 0-0 es negocio para los azulgranas.