“No lo es”: el tajante juicio ante la autoproclamación de Jorge Valdivia como el mejor 10 de la historia del fútbol chileno
Después de anunciar su retiro del fútbol, el Mago reclama con autoridad el sitial que cree que le responde. Advierte que lo hace con respeto por quienes le antecedieron en una función que, además, está en extinción en el fútbol moderno. Especialistas en la tarea rebaten su consideración.
Hace algunos días, Jorge Valdivia anunció su retiro del fútbol. No ha vuelto a jugar desde que defendió al Necaxa, en su último intento por reinsertarse en la actividad. A los 38 años, llegó a la convicción de que la mejor determinación era cerrar la página. En rigor, hace un rato ya lo había hecho: cambió los botines por el traje y el balón por el micrófono para convertirse en comentarista deportivo. En la radio ADN, dio a conocer la noticia. “Desde la práctica del fútbol estoy muy alejado, pero en relación a ver partidos mucho, he tenido mucho tiempo para ver mucho fútbol. Estoy alejado desde estar ‘in situ’ jugando, porque me cansé ya fue suficiente y desde hace un tiempo vengo analizando y tengo decidido dejar de jugar”.
No era lo único que tenía que decir. Horas después, en ESPN, la estación televisiva en la que participa como comentarista hace un tiempo, quizás como una señal de la decisión que acaba de oficializar, y muy en la línea de su controvertida personalidad, lanzó otra reflexión que remeció el ambiente. “Sin querer faltarle el respeto a nadie, soy el mejor 10... Desde mi gusto futbolístico”, aseguró.
Luego, justificó su postura. “Para atrás ninguno de los que jugaba en mi posición fueron campeones de nada, yo sí... Está el “Coto” Sierra, que me encantaba como jugaba en Colo Colo, me gustaba mucho lo que hacia Fabián Estay, jugadores de un técnica distinguida, diferente”, planteó respecto de sus antecesores, anteponiendo el que, a su juicio, es uno de los elementos que contribuye a desequilibrar la balanza en su favor: la decisiva participación que tuvo en el título de la Selección en la Copa América 2015, en la que fue una de las figuras. Para mayor abundamiento, el Mago fue mundialista en dos ocasiones (Sudáfrica 2010 y Brasil 2014) y alcanzó el estatus de figura en el fútbol brasileño con la camiseta del Palmeiras. Esta semana, el club paulista le ha dedicado un amplio espacio de sus plataformas oficiales para ensalzar su figura. Antes, sus hinchas siempre manifestaron el deseo de volver a verlo en el Verdao, quizás el mejor testimonio de su legado.
El debate
A pesar de lo cautelosas de sus formas, las reflexiones de Valdivia generan un natural debate. Y en ese intercambio de ideas surgen elementos objetivos y subjetivos para rebatirle o para coincidir con su apreciación. “Lo que pasa es que eso de autoproclamarse el mejor no me llega muy bien. No porque uno pueda estar disputándolo. Yo no lo haría. Ha habido muchos mediocampistas creativos de buen nivel a lo largo de la historia. Es muy difícil. Lo de ‘nadie ganó nada antes y yo sí' también es rebatible. Es el último 10 importante que ha tenido nuestro fútbol, pero así como lo hizo Marcelo Vega en su momento, lo hace ahora Valdivia. Y no me parece bien. Pese a que ofrece las disculpas, y lo hace sin faltarle el respeto a nadie, deja sin consideración a muchos que fueron importantes”, sostiene, a modo de ejemplo, Jorge Contreras, subcampeón de la Copa América en 1987, con la Selección.
La apreciación del Coke incluye, también, un ranking de la especialidad. “Por la función, la producción, pondría en primer lugar a mi inspiración, Chamaco Valdés. Y después pasan muchos como Sierra, Vega. A Valdivia lo pondría entre los tres primeros, sin dudas. Tenía mucha magia, su juego es diferente al otros. Habilitaba a ras de suelo. No me puedo olvidar de Jaime Riveros ni de varios otros. Hay muchos creativos que merecen reconocimiento”, insiste.
Estay es menos categórico. “En cada época hubo grandes jugadores que usaron el número 10, de diferentes características y marcaron una época. ¿Está en la discusión? Claro que sí, Jorge es uno de los mejores 10 de la historia”, evalúa el actual comentarista televisivo, uno de los futbolistas que vistió las camisetas de Colo Colo, Universidad de Chile y Universidad Católica, los tres grandes del fútbol nacional.
Más tajante aún es Leonardo Véliz. El Pollo fue compañero de Chamaco en el inolvidable Colo Colo 73, pero advierte que su opinión está despojada de favoritismos. “No lo es. Rara vez usaba el pie izquierdo y, en eso, Chamaco ya le lleva ventaja. El Coto Sierra tenía una derecha de palo”, plantea. Eso si, también se toma el tiempo de valorar los méritos de Valdivia. “La inventiva del Mago sí que es superior a la de muchos jugadores, eso de sorprender. Para qué hablar de su capacidad de asistir. Ahí está entre los mejores”, destaca, antes de volver a otra cualidad en la que su compañero de equipo en la escuadra de Luis Álamos fue superior. “No es goleador, como era Chamaco. Eso le juega en contra. Chamaco le pegaba bien con las dos piernas y también asistía bien”, resalta.
Aún así, intenta buscar una posición de consenso. “Valdivia era más atrevido y por eso le pusieron Mago. Está dentro de los mejores jugadores que ha producido el fútbol chileno. Una fusión entre el Mago y Chamaco saca al mejor diez de la historia sin discusión. Valdivia no quitaba, pero tenía mayor disposición a la recuperación, porque se lo exigían. Chamaco tenía licencia para trotar en la cancha. Se la daba el Zorro. Tenía chipe libre. Lo mismo corría para Caszely. Y nosotros sabíamos que ellos desequilibraban”, observa. La última consideración es una auténtica desclasificación respecto de uno de los equipos más simbólicos del fútbol chileno en toda su existencia.
Una especie en riesgo
En lo que todo están de acuerdo es en que, muy probablemente, Valdivia sea ‘el último 10′. Ahí, la consideración responde a un factor más concreto: los entrenadores actuales prescinden de la función, pues varios sostienen que es impropia del fútbol moderno. Prefieren a los jugadores que puedan garantizar un mayor despliegue físico y que apoyen en la recuperación del balón.
Esa materia inquieta. “Mi opinión es que el 10 es un jugador que hace mucha falta a cualquier equipo en nuestro fútbol. Yo les echo la culpa a los mismos técnicos. Estamos tratando, desde el fútbol formativo, de que eso no pase. Que haya jugadores con buena técnica, que la sepa utilizar, en el sector central del campo. Nos estamos dando tiros, atentando contra la esencia que tuvo siempre el fútbol latinoamericano. A lo mejor no tenían despliegue, pero tenían demasiada inteligencia. Yo discrepo con eso. Jugadores como Valdivia, como Aravena, Sierra, Vega o Chamaco siempre serán necesarios. A Colo Colo y a la UC les hace falta un 10. A Buonanotte lo aburrieron de hacerlo jugar por la banda. Pinares podría. Yo pienso en Marcelino Núñez, que podría ser un 10 moderno, pero no se atreve”, expone el Coke.
Véliz asiente. “¿Por qué surge el 10? El 10 es el jugador más técnico, el de mejor visión periférica”, dice, primero en presente. Inconscientemente, el tiempo verbal cambia. “Era que veía mejor el juego. Es el que sabía. El puesto se creó en base a las diferencias técnicas. Por eso antes se hablaba de la aduana. Los técnicos abusaron y los jugadores se rindieron. Nosotros nos tirábamos al suelo por Chamaco y lo acostumbramos”, recuerda. “Tiene que seguir existiendo, aunque los demás vayan equiparando la técnica. La inventiva no se trabaja, se trae. Son los que desordenan las defensas”, detalla. “El 10 no va a morir”, concluye, en una mezcla de expresión de deseo y llamado de auxilio.
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