El partido entre Chile y Argentina había cruzado la frontera de los 70 minutos. Hasta ahí, el dominio de la Albiceleste había sido inobjetable. Producto de su mejor funcionamiento colectivo y, principalmente, por la diferencia indesmentible de jerarquía individual, el equipo de Lionel Scaloni monopolizaba el control del balón y se acercaba al arco de Claudio Bravo. Entre el dispositivo que dispuso Ricardo Gareca para afrontar un previsible vendaval y las manos del capitán, a la Roja, al menos, le alcanzaba para evitar un descalabro, más allá de que el gol de Lautaro Martínez sentenciara, efectivamente, una decepción.
Sin embargo, algo cambió en los minutos finales. Cinco minutos antes, el Tigre había adoptado una decisión significativa: sustituir a Alexis Sánchez. Coincidentemente o no, la salida del tocopillano coincidió con los mejores pasajes nacionales en el encuentro. Y ahí surgió un protagonista insospechado: Rodrigo Echeverría.
El motor encendido
El volante, quien en la antesala le había ganado el puesto a Marcelino Núñez, había realizado, hasta ahí, un cometido correcto. Sin embargo, en la recta final se destapó. Incluso se rebeló a una función que lo condenaba más a perseguir rivales que a buscar el arco contrario y, ante la falta de efectividad de los atacantes nominales, se animó a pasar al ataque. El recuento, de hecho, lo pone como el responsable de las dos acciones más riesgosas que tuvo Chile frente al arco del campeón mundial: en los 71′ y en los 75′, obligó a contenciones que le valieron a Emiliano Martínez el reconocimiento como figura del partido. Dos remates, uno más violento y otro más colocado, provocaron atajadas del arquero del Aston Villa y, al menos, alteraron la impresión que dejaba Chile hasta ese momento.
Gareca había elegido al volante de Huracán por sus características más defensivas en relación a las que exhibe el del Norwich City. En Argentina, la evolución de su juego ha sido ostensible. En el Globo es considerado como una de las figuras del equipo que dirige Frank Kudelka. A ambos los une el paso por Universidad de Chile. El DT transadino, de hecho, lo dirigió en los estudiantiles. Por ende, fue clave en su llegada y en su desarrollo: sabe perfectamente cómo sacarle provecho a sus condiciones.
Sin embargo, la actualidad de Echeverría es notoriamente distinta a la versión que exhibía cuando actuaba por los azules. Evidentemente, le agregó elementos a su juego, que ahora luce más dinámico y agresivo. De hecho, esa marcada evolución no solo le vale aplausos de la hinchada del equipo de Parque Patricios. También le pone en el mercado: lo quiere Racing. Hay una cláusula que le podría permitir salir: está establecida en US$ 3 millones. Los albicelestes están en condiciones de afrontarla. Hace un tiempo, en todo caso, el futbolista admitió su gran deseo. “Quiero mi revancha en la U, para consolidarme y poder conseguir cosas en el club. Soy hincha desde chico y mi familia también”, dijo, en el contexto de un creciente interés de Boca Juniors por reclutarle. Hoy, de todas formas, se plantea objetivos más ambiciosos. “Uno se prepara para seguir avanzando en su carrera. Hoy estoy netamente concentrado en lo que es la selección chilena y la Copa América para poder conseguir el objetivo. Lo demás, lo está viendo mi representante, él está haciendo todas las gestiones”, puntualizó este jueves.
La duda cambia
Ante Argentina, Echeverría estuvo todo el partido en el campo. Tocó el balón en 55 oportunidades y acertó el 79 por ciento de los pases. Disparó dos veces al arco y ganó cinco de los 12 duelos que protagonizó. Perdió dos veces el balón y no cometió faltas. “Me encuentro en un buen presente, vengo haciendo las cosas en el fútbol argentino y cuento con la confianza del técnico. Me siento muy cómodo y muy bien físicamente”, resumió, en relación a su actual momento. El jugador, incluso, se refirió a las comparaciones con Arturo Vidal. “Arturo le ha entregado mucho a la selección, es uno de los jugadores más ganadores, no sé si me puedo comparar con él, pero sí me toca aprender de él y de todo lo que hizo, espero seguir ese camino”, declaró.
Luis Musrri conoce plenamente a Echverría. Lo vio en las divisiones inferiores azules y lo observó, detenidamente, también, cuando lo tuvo como rival. “Ha tenido una evolución muy grande. Lo conocía de las inferiores. También cuando jugó en Iberia y yo dirigía a La Serena. Hoy está consolidado. El del martes fue su punto más alto. Jugar en Argentina le hace agregarle cosas a su juego. Es una liga con otro ritmo. Me parece que esa es la diferencia, lo que lo hizo un jugador distinto al que era”, sostiene el histórico capitán de la U.
Lo que no sorprende al mundialista en Francia 1998 es la versatilidad que Echeverría muestra en el campo de juego. “Él siempre hizo hartos goles siendo volante central. Tenia esa inquietud por sumarse al ataque. Me acuerdo de lo que hizo en Iberia y Everton. Era central y volante central. En Iberia adoptó más el puesto en que juega actualmente”, recuerda. Y luego, insiste en el beneficio que le ha significado exponerse a una exigencia mayor en la liga transandina. “Ayuda a crecer tener otras características, en otra liga. Jugar en un equipo importante da esa personalidad que la tenía, algo guardada, pero la tenía”, establece.
A la hora de las definiciones, Musrri no vacila. “Me parece que lo hecho ayer le da el lugar, sin dudas, a Echeverría. No creo que Gareca tenga duda alguna. El que juegue al lado lo tiene que ver. Pulgar es un jugador más posicional, Núñez uno más mixto. La definición ahora es quien juega al lado de Echeverría. Eso fue lo que cambió después de este partido”, consigna.