“No se vuelve loco viendo 10 partidos por día”: el particular método de Vitamina Sánchez que agiganta a Palestino en la Copa Libertadores
Los árabes vencieron al equipo más popular y poderoso de Brasil en Coquimbo, en uno de los batacazos más importantes de la actual edición de la Copa Libertadores justo en los días posteriores al fallecimiento de César Luis Menotti, a quien el estratega de la escuadra de La Cisterna considera como uno de sus principales mentores.
Pablo Vitamina Sánchez se abraza con su ayudante. En su rostro se exhibe la emoción propia de un triunfo que quedará en la historia de Palestino. En Coquimbo, muy lejos de La Cisterna, el escenario que lo recibe semana a semana, su equipo logra amarrar una victoria frente al poderoso Flamengo, que lo pone en una expectante segunda posición del Grupo E de la Copa Libertadores.
La semana anterior, sin embargo, finalizó con un fuerte golpe para el técnico de Palestino. Vitamina Sánchez, como todos los actores relacionados con el fútbol argentino, sufrió con la pérdida irreparable de un personaje que redefinió la actividad en el país vecino: César Luis Menotti. “Es muy grato recordarlo como un gran entrenador, que defendía a la persona que le tocaba ser jugador de fútbol”, declaró a la radio ADN minutos después de que se conociera el deceso del Flaco. “Cuando él (Menotti) llegó a Rosario Central veníamos muy mal, pero con pocos conceptos, muy claros, nos hizo dar un vuelco y nos transformó en un gran equipo, sólido, que jugaba bien. Lo valoro muchísimo. Fue importante en la decisión mía de ser entrenador”, amplió. Como todos, también valoró la influencia que generó en la transformación del fútbol argentino. El Menotti entrenador de la selección argentina le hizo un clic al fútbol nacional y mundial”, graficó.
La nueva semana comenzó con el exvolante ‘canalla’ escribiendo una de las páginas más destacadas de su trayectoria como técnico, probablemente la mejor forma de rendirle tributo a quien considera su mentor: el histórico triunfo sobre Flamengo en el Francisco Sánchez Rumoroso que, por cierto, revitaliza las opciones del equipo de La Cisterna de avanzar en el torneo continental. Ahora figuran en el segundo puesto del grupo E, con seis puntos, dos más que los brasileños. Un escenario de ensueño. En Brasil, en cambio, todo es decepción y críticas contra Tite y sus dirigidos.
La hazaña, el método y Bielsa
Para valorar esa victoria como hazaña, basta decir que se trata del equipo más poderoso económico del país más grande de Sudamérica y, por cierto, del mercado futbolístico más desarrollado de esta región. Un dato objetivo, por un lado, ahorra consideraciones y, por otro, engrandece el mérito: el plantel carioca tiene una valoración de mercado de US$177 millones contra los apenas US$ 11,1 millones del cuadro árabe. Uno más cotidiano refleja la distancia en una forma directamente proporcional: la planilla mensual de los brasileños bordea los US$5 millones, mientras que Palestino se reparte 340 millones de pesos mensuales cada 30 días, según los datos entregados por el club de La Cisterna a la CMF.
Vitamina privilegia el poderío colectivo sobre las individualidades. El triunfo sobre el Mengao es, sin ir más lejos, la validación de esa doctrina. Ahí surge otra de las influencias decisivas del estratega: Marcelo Bielsa. En la decisión de seguir en detalle el sistema del trabajo del Loco reside, además, una dosis de valentía: profesarle admiración a un icono de Newell’s Old Boys, el archirrival de Rosario Central. “Hay un montón de jugadores y entrenadores que le hicieron bien a la ciudad. De Bielsa me encanta su pasión por el fútbol. Marcelo fue uno de los primeros en utilizar y ordenar las metodologías. Antes se hacía un poco ‘a la que te criaste’. Él mostró que podía inducir a los jugadores a realizar algunas cuestiones más allá de sus características particulares”, declaró hace casi cuatro años, cuando dirigía a Iquique, a TyC Sports.
El trabajo del técnico árabe, de hecho, no se enmarca dentro de las tendencias que suelen escucharse. “No se cuadra con ninguna de las estructuras más tradicionales de entrenamiento, como la periodización táctica o los microciclos estructurados. Trabaja en base a la necesidad que le va dejando cada partido y el contexto al que se va a enfrentar. Le dedica mucho tiempo a lo propio y lo justo y necesario al rival. No se vuelve loco viendo tres partidos al día. Tiene un buen grupo de trabajo, que le hace llegar información del rival. Lo que me mejor hace es leer lo que está haciendo bien o mal el equipo. Eso lo hace con un videoanálisis el primer día de la semana. Nunca se habla de cosas malas, siempre de mejorar”, describe Héctor Lastra, quien trabajó como uno de sus ayudantes.
De la influencia de Menotti, con seguridad, y otro tanto de su experiencia como figura del fútbol transandino rescató un elemento clave: la relación con los jugadores. “Es muy cercano a los jugadores. Maneja bien las emociones. Es una persona con la que se puede hablar de todo. Se da cuenta rápidamente cuando a un jugador le está pasando algo. No es invasivo, pero deja claro que se puede tener una conversación con él para desahogarse. Ese es su gran fuerte, maneja muy bien los grupos. Desde el plantel, los equipos multidisciplinarios, la dirigencia. Conduce bien las emociones”, explica Lastra.
Achicar la brecha
Si en lo numérico las distancias entre Palestino y Flamengo son evidentes, en el campo de juego ese factor no se notó. Ahí, otra vez, el método de trabajo de Sánchez adquiere importancia. “Tiene buen ojo para elegir jugadores. Y eso también va de la mano de la relación con la dirigencia. Cuando tiene una buena relación, cuando ambas partes están dispuestas a escuchar sus necesidades, las cosas se dan con mayor facilidad. Palestino tiene una muy buena secretaría técnica, un director deportivo moderno, que se relaciona bien con él. Eso genera un buen debate. Vitamina arma bien los planteles”, insiste Lastra.
La competitividad es fundamental. En los entrenamientos, incentiva, precisamente ese concepto, con estímulos como la puntuación ante la realización correcta de los ejercicios que ordena. La acumulación de unidades redunda en un premio al final del mes. El efecto está claro: forjar la necesidad de estar permanentemente peleando por algo. Poleras y libros a elección forman parte de los obsequios. Ese afán le resta importancia a otro que en el fútbol suele ser preponderante: las cábalas. En el vestuario de Palestino, los ritos son pocos.
Lo que sí hay es música. Los resultados van marcando el repertorio y la intensidad con que se escucha. El técnico, como buen argentino, prefiere el rock de su país. Guasones y Callejeros son dos de sus bandas favoritas. También le dedica tiempo a la lectura. Esa cultura y apertura mental le permite, según su entorno, hacer llegar de mejor forma su mensaje. El rendimiento de Palestino es la mejor prueba.
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