No solo en Sudamérica se produce violencia en el fútbol. En el clásico de Escocia disputado este domingo, la imagen que dio que hablar fue la de Ryan Kent, de Rangers, golpeando a Scott Brown, capitán de Celtic. El triunfo 2-1 de The Celts sobre los dirigidos por Steven Gerard pasó a un segundo plano.

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Brown, capitán del Celtic, se burló de su rival, quien no tomó las bromas de buena manera y le devolvió un puñetazo.

Lo insólito es que el jugador del Rangers Ryan Kent, quien propinó la agresión, no fue expulsado por el árbitro del compromiso.