“No tenemos gimnasio ni residencia”: la historia del milagro de Sudán del Sur en el básquetbol olímpico
A pesar de no contar con las mínimas comodidades, el pequeño país africano está transformado en una de las revelaciones del baloncesto en la capital francesa. Todo gracias a un proyecto que involucra a dos exfiguras de la NBA. Ahora enfrentarán al Dream Team.
Es una de las naciones más jóvenes del mundo, con apenas 13 años de existencia (19 desde su autonomía), pero también es una de las más pobres, con un PIB per cápita que no supera los US$ 500. A pesar de todo, el país africano tiene una representación olímpica de 14 atletas en París, de los cuales 12 son miembros del equipo de básquetbol que debutó con una victoria por 90-79 frente a Puerto Rico.
El triunfo no dejó indiferente a nadie, pues significó el segundo triunfo en la historia de un representativo africano sobre uno de América. También esta superlativa actuación invita a preguntarse cómo se originó tamaña gesta, teniendo en cuenta que el país estuvo en guerra civil entre 2013 y 2020 y que, a pesar de establecer el cese al fuego, la violencia se ha mantenido, cobrando numerosas víctimas.
“Esto es como una película. Mi vida es cine ahora mismo. Estar en los Juegos, conseguir la primera victoria. Estoy orgulloso de mis jugadores, del uno al doce, todos contribuyeron. Esto es tan real. No podría haber experimentado algo mejor que esto. Y estoy agradecido por la oportunidad”, contó el entrenador Royal Ivey, luego de su triunfal estreno en los Juegos Olímpicos, en un partido donde tuvieron que aguantar el bochorno de oír el himno de Sudán, tras una lamentable confusión de los organizadores.
Luego, procedió a enumerar todas las dificultades que el equipo ha debido sortear antes de llegar a participar en la capital francesa. “No tenemos el placer de tener un gimnasio, una residencia y otras instalaciones como esas. Hemos tenido un campus de entrenamiento duro en Ruanda, después viajamos a España, nos movimos bastante, cogiendo vuelos muy largos en los que mis jugadores de siete pies no tenían ni filas de pasillo. Estas son las cosas de las que la gente no habla; no nos ven teniendo que soportar en Chad una espera de siete horas por un vuelo cancelado”, relató el seleccionador.
El coach, oriundo de Harlem, Nueva York, y con un largo pasado en la NBA, detalló cómo él mismo fue superándose. “Yo nunca pensé que sería entrenador. Pensé que sería maestro de colegio o que dirigiría mi propia escuela de entrenamiento, pero soy técnico e invierto en la juventud y en estos jóvenes, así que al final del día, como dije, mi vida es una película. Todo ha sido surrealista toda mi vida. He sido un superdotado en la vida. La gente me decía que no era lo suficientemente rápido ni lo suficientemente inteligente ni lo suficientemente veloz, y sigo demostrando que la gente está equivocada. Esa es la historia. Puedes hacer lo que te propongas, lo que quieras, en esta vida; es alcanzable, yo soy la prueba viviente”.
“Somos un grupo de refugiados que nos reunimos algunas veces al año. En nuestro país no hay canchas cubiertas”, agregó Wenyen Gabriel, otra figura con pasado en Los Angeles Lakers.
Una apuesta única
Luol Deng, exbasquetbolista sursudanés, es el actual presidente de la federación de su país. Con un gran pasado en la NBA, donde incluso fue dos veces miembro del All Star, apostó por un proyecto sin precedentes. Creció en Londres, debido a que su padre fue exiliado político. Durante su carrera representó a Inglaterra y también forjó una entrañable amistad con Ivey.
“Luol Deng ha estado financiando esto durante cuatro años de su propio bolsillo, pagando pistas, hoteles, billetes y de todo, así que me sacó el sombrero ante él y al resto de gestores, porque no habríamos juntado a este equipo si no fuera por ellos”, contó el coach.
De hecho, a su llegada a Estados Unidos, fue Ivey quien lo recibió y le consiguió hasta zapatillas. Ese estrecho vínculo se fortalecería aun más con este proyecto. “Sabía desde que era jugador que en Sudán del Sur había talento, muchos chicos que, como yo, acababan jugando para otras selecciones. Yo pude jugar para Gran Bretaña, y estoy muy agradecido, pero siempre tenía esto en mente, y en cuanto me retiré pude hacerlo. Tenía la idea, había trabajado en la comunidad, había hecho campus, sabía a quiénes quería a mi lado para llevar esto a cabo…”, confesó Deng el año pasado durante la participación de su equipo en el Mundial.
En aquella participación planetaria, el conjunto africano cayó estrechamente ante Puerto Rico y no logró avanzar a la siguiente ronda, de modo que lo sucedido en París fue todo una revancha para el emergente cuadro, que ahora deberá enfrentar este miércoles nada menos que al Dream Team.
El partido frente a los astros de la NBA es muy esperado, ya que hace un par de semanas se enfrentaron en un amistoso que terminó 101-100 a favor de los norteamericanos. Los sursudaneses llegaron a estar 16 puntos arriba. Solo la inspiración de LeBron James salvó a las estrellas de una derrota histórica. “Lo que han hecho es precioso. Luol Deng y su equipo han construido un equipo genial, que tiran genial y juegan a un buen baloncesto”, expresó Steve Kerr, entrenador estadounidense.
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