“No transaremos, no trabajaremos con Castrilli”: el escaso margen de negociación en el paro que sacude al arbitraje chileno
Felipe Jara, vocero del movimiento referil que ayer votó el paro analiza los aspectos que están dispuestos a conversar con la ANFP. La destitución del presidente de la Comisión de Árbitros no está entre ellos. En Quilín, Pablo Milad muestran firmeza. La primera respuesta es la traída de jueces internacionales para que los campeonatos se sigan desarrollando con normalidad.
La crisis que divide al arbitraje chileno está en su punto más álgido. La noche del martes, el sindicato que agrupa a los jueces nacionales votó la paralización de actividades. Aunque inicialmente usaron el eufemismo ‘estado de reflexión’ para referirse a la acción que los llevaría a no desarrollar ninguna labor relacionada con el fútbol a partir de la votación, en esta jornada, a través de un comunicado, ya asumen con todas sus letras que se trata de un paro. 102 votos a favor decidieron la medida de fuerza. Hubo 54 abstenciones y no se registraron votos en contra. Hasta ahora, al menos, el movimiento parece unido. De hecho, comisionó a la asistente Cindy Nahuelcoy y a los jueces Felipe González y Cristián Droguett para que conduzcan las negociaciones con la ANFP. La asamblea ya les asignó dos misiones fundamentales: insistir en la salida de Javier Castrilli y conseguir la reincorporación de los jueces que han sido despedidos desde marzo, cuando comenzaron las escaramuzas. Van 16. 11 de ellos fueron desafectados este lunes.
En Quilín los espera una postura igual de rígida. El presidente del fútbol chileno, Pablo Milad, ya adelantó su respaldo a la gestión de Javier Castrilli, una de las principales apuestas de su mandato. “Ellos (los árbitros) faltaron a la palabra. No quisieron arreglar las cosas en casa y han salido a dar declaraciones en la prensa. Eso no lo acepto. Yo no lo acepto, porque quedamos en algo y no cumplieron su palabra. Por lo mismo, el directorio se reunió y aceptó la petición de Castrilli del despido de once árbitros”, puntualizó al retornar desde Qatar, donde participó en el sorteo del Mundial y fue ungido como tercer vicepresidente de la Conmebol. “No se puede conversar con alguien que no quiere. Ellos no respetaron la palabra y se aceleraron procesos. Me reuniré con ellos a conversar y llegar a un acuerdo”, anticipó. Y avisó que ya había notificado a la Conmebol de la situación en la que estaba el fútbol nacional y de la posibilidad de traer jueces extranjeros. Otra opción es recurrir a los árbitros de las categorías menores. Ambas tienen el respaldo de los clubes, que le testimoniaron su apoyo a la testera del fútbol chileno.
La tarea de conseguir árbitros no es menor. Cada fecha requiere 104 jueces. En cada partido de Primera División se ocupan seis, incluidos los que administran el VOR, la cabina en que funciona en VAR. En la Primera B, se requieren cuatro por encuentro. En la Segunda División, la misma cantidad que en la primera categoría de ascenso. Por lo pronto, el fin de semana no funcionará el videoarbitraje, precisamente por la falta de efectivos para operarlo.
En el organismo que rige al fútbol sudamericano le respondieron a El Deportivo que las gestiones deben realizarse directamente con las asociaciones a las que se les soliciten jueces. En la sede del fútbol chileno aún discuten la forma en que abordarán la emergencia. La ratificación del paro remeció los cimientos del edificio ubicado en Peñalolén.
La cabeza de Castrilli, sí o sí
El movimiento referil también define sus márgenes de negociación. Hay, de entrada, un punto del que no piensan salirse, que, con seguridad, será la traba de cualquier intento de acercamiento. “No transaremos, nosotros no vamos a trabajar con Castrilli. Eso no es negociable. Y también exigimos la reincorporación de los jueces que fueron despedidos”, advierte Felipe Jara, vocero de la movilización.
Jara justifica la fijación en torno al ex juez argentino. “Ya hemos puesto todos los hechos sobre la mesa. Esto no es un capricho. Es algo que se evidencia. A nivel de Conmebol, Castrilli no es muy querido. Castrilli vino a destruir la institución arbitral en Chile. Cuando llegó, estábamos dispuestos a trabajar con él. Luego mostró mal liderazgo y una falta de preparación técnica tremenda. La capacitación en pretemporada fue una vergüenza. Se ha hecho un trabajo práctico en seis meses. Estuvo muy lejos de lo que se hace en los programas de asistencias referil de la FIFA. Uno se rige en base a esos parámetros”, explica. Luego revela algunos de los diálogos. “‘Esto es penal, esto no es penal’, dice en las charlas. Y uno no espera escuchar su parecer, sino consideraciones técnicas. Eso nunca existió. Nunca existió un trabajo individual de análisis de partidos para saber qué estaba bien hecho y qué no. Si mostrara los quiz que se hacían, cualquier profesor los rechazaría por metodología. La gestión de este señor ha sido pésima y no me canso de decirlo. Sin miedo”, insiste. “Castrilli se tiene que ir. (Osvaldo) Talamilla y (Braulio) Arenas, también”, insiste.
La última declaración, abre una ventana de negociación para la mesa que, necesariamente, deberán constituir con la ANFP, probablemente, con la Dirección del Trabajo como garante. “El resto se podría mantener un tiempo, pero, por decirlo de alguna forma, como cambia el presidente, cambian sus ministros”, establece Jara.
“La reincorporación de los colegas tiene que ocurrir. De todos, salvo que el colega por opción personal no quiera volver. Van a existir las garantías de indemnidad de la Dirección del Trabajo. Hoy, mientras un árbitro cumpla las pruebas físicas y técnicas, está capacitado”, sentencia.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.