Esta jornada todos esperaban que Luis Rubiales anunciara su dimisión como presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Su comportamiento en la final del Mundial Femenino, donde besó sin consentimiento a Jenni Hermoso y se tocó las partes íntimas en el Palco Real, generó una ola de críticas de manera transversal que hacen inviable su continuación al mando del organismo. Pero no sucedió. De hecho, fue todo lo contrario.
En un discurso impactante y que provocó el malestar de gran parte del mundo del fútbol, Rubiales no solo aclaró que no dejará el cargo, sino que dijo sentirse perseguido de manera injusta por un beso que fue consentido. Además, ofreció la renovación al técnico de las campeonas del mundo y entregó un sin fin de declaraciones polémicas.
“El beso, el pico. Es más un pico que un beso. Quien vea el vídeo, ante millones de personas, el deseo en ese beso es el mismo que ante una de mis hijas. No hay deseo ni dominio. Lo que se está vendiendo en los medios del señor Tebas y el feminismo. El beso fue espontáneo, mutuo y consentido”, comenzó exponiendo Rubiales, buscando contradecir la declaración de Jenni Hermoso, quien incluso emitió un comunicado para pedir sanciones en contra del dirigente.
Pero el presidente de la RFEF no se quedó ahí y detalló su versión de lo sucedido en la entrega de medallas. “Esta jugadora falló un penalti. Ella me contestó eres un crack. Jenni me agarró de las caderas y al dejarme en el suelo, me acercó a su cuerpo y nos abrazamos. Luego nos dimos un pico. ¿Un piquito? Ella dijo vale. Dijo que era una anécdota. De la anécdota se pasa al vídeo y luego al comunicado que no entendí”, agregó.
Declaración que siguió con un llamado a la justicia y a una dura frase contra los movimientos sociales y de género que piden su salida. “Se está ejecutando un asesinato social, se me está intentando matar. Desde hace 5 años van a por mí por tierra, mar y aire. Siempre es el mismo, él y sus títeres. A algunos poderosos ya dije que le iba a molestar. Se está vendiendo otra cosa en los medios que rinden pleitesía al falso feminismo, una gran lacra en este país. Hijas, aprendedlo, vosotras sois feministas de verdad”, lanzó ante sorpresivos aplausos por parte de la asamblea en la junta extraordinaria de la Federación.
Sobre el único punto que Rubiales hizo autocrítica fue en torno a la situación vivida en el Palco Real durante la final, cuando al conseguir el título se tocó sus partes íntimas como celebración, mientras la Reina Letizia y sus hijas estaban a un lado. “Quiero perdón sin paliativos por un hecho que ocurrió en el palco cuando en un momento de euforia me agarré esa parte del cuerpo mirando a Jorge Vilda (entrenador de España)”, arrancó para luego dar una sorprendente explicación.
“Hemos pasado mucho juntos Jorge. Te han querido hacer lo mismo a ti que ahora me hacen a mí. Hemos sufrido mucho, hemos tragado mucho pero hemos estado juntos. Pero fíjate, me emocioné mucho hasta perder el control y me emocioné cuando tu primer gesto fue dedicármelo. Y te hice la seña de ‘ole tus huevos’. Tengo que pedir disculpas a la Casa Real porque es un gesto muy poco edificante”, comentó.
Finalmente, Rubiales siguió dirigiéndose a Vilda, a quien incluso le ofreció la renovación en plena conferencia. “Quiero hacer un anuncio que no sabes y perdóname Jorge. He activado los mecanismos para que se comience una negociación contigo en la que te invito a que te quedes con nosotros los próximos cuatro años cobrando medio millón de euros al año. Voy a decir lo que ganas, que no es el medio millón que decían algunos, son 160.000, 170.000 euros”, lanzó sin tapujos.