“Nos enteramos por la prensa; estamos preocupados”: directores de la U apuntan a Clark por los movimientos de Azul Azul
La Casa de Estudios y Daniel Schapira, los otros miembros de la mesa directiva de la institución, reconocen su incertidumbre por el giro que ha sufrido el club durante las últimas semanas.
En la mesa de Azul Azul están preocupados. Durante los últimos días, la concesionaria que rige a Universidad de Chile ha informado una serie de modificaciones en la malla propietaria que la tienen en la mira de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF).
Este lunes, desde la CMF levantaron una alerta a Michael Clark, el presidente del club estudiantil. Le solicitaron que informase los cambios en el control de la sociedad del club Universidad de Chile de que fue protagonista. En esta última transacción, se informó a través de un escueto comunicado que Clark se transformaba de un momento a otro en el máximo controlador de la institución.
El documento, que fue publicado durante la tarde del viernes, dejaba en claro que Clark había pasado a ser el dueño indirecto de la U. ¿La razón? En el escrito se aseguró que desde ese día se anotaba con el 100% de las cuotas del fondo Tactical Sport, que posee el 63,07% de Azul Azul. Sartor, de un momento a otro, salía completamente de escena. El problema, sin embargo, es que los documentos oficiales conocidos hasta el viernes señalaban que la propiedad de ese fondo era en un 90% del complicado grupo financiero Sartor Finance Group y en un 10% de Inversiones Antumalal S.A., una sociedad de Clark. No hubo ningún alzamiento de la información a la CMF.
En el comunicado emitido por el club, Azul Azul oficializó el traspaso. “Las cuotas del Fondo de Inversión Privado Tactical Sport pertenecen íntegramente a Inversiones Antumalal S.A., sociedad perteneciente a Michael Clark, por lo que no existe ningún accionista del grupo Sartor que forme parte de la propiedad de Azul Azul S.A., de manera directa o indirecta”.
La publicación despertó preocupación en la CMF. Se hizo el traspaso de cuotas del fondo, en el que Clark asomaba como propietario total, pero sin informarlo a través de un hecho esencial y sin justificar cuánto se pagó por ello. Estas últimas inquietudes debían ser respondidas por el empresario.
El oficio ordinario 169.791 de la CMF pidió aclarar cómo se había dado cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 54 de la Ley de Mercado de Valores que señala “toda persona que, directa o indirectamente, pretenda tomar el control de una sociedad anónima abierta, cualquiera sea la forma de adquisición de las acciones, comprendiéndose incluso la que pudiese realizarse por suscripciones directas o transacciones privadas, deberá previamente informar tal hecho al público en general”. Asimismo, hizo referencia al artículo 199 del Título XXV de la misma ley 18.045 sobre la obligación de lanzar una Oferta Pública de Adquisición de Acciones (OPA) en caso de intentar tomar el control de una sociedad, así como a la Norma de Carácter General N°269 de 2009 de la exSuperintendencia de Valores sobre la obligación de informar traspasos de control.
La mesa de Azul Azul levanta la voz
De los 11 directores que componen la mesa, siete pertenecen al grupo que comanda Michael Clark. De los restantes, dos son designados por Daniel Schapira (Juan Pablo Pavez y Paola Davanzo), el empresario que en la actualidad posee el 22% de la U. Los otros dos son cupos que utilizan representantes de la Casa de Estudios (Andrés Weintraub y Héctor Humeres).
Daniel Schapira ingresó al club en el 2013. En aquella oportunidad, compró el 14,8% de los papeles en 12 millones de dólares. Cuatro años después aumentó su participación al 21,44%, al invertir US$ 3,6 millones. Por lo mismo, más allá de lo que ocurre al interior del club, el segundo máximo accionista está preocupado por saber realmente cuánto vale su participación en la institución. Hoy sus dos cupos son utilizados por Juan Pablo Pavez y Paola Davanzo.
En conversación con El Deportivo, Schapira aborda la crisis que afecta al club estudiantil. Lo hace de manera escueta, sin querer dar una entrevista en profundidad. “Por ahora no nos han comunicado nada, solo nos hemos enterado por la prensa”, dice, de entrada.
Su preocupación es evidente. Por lo mismo, este jueves se reunirá con sus dos representantes en la concesionaria para conocer detalles de la situación del club. “Preocupado claro que estamos. El jueves me reuniré con mis directores y sabremos un poco más”, cierra.
Desde la institución educativa también miran con atención. Andrés Weintraub, uno de los dos cupos que dispone la Universidad de Chile en la mesa directiva, avisa que están atentos a toda la información que se está saliendo en los medios de comunicación.
“Estamos preocupados, muy sorprendidos. En la Casa de Estudios estamos monitoreando y viendo los temas a seguir”, dice Weintraub. El mismo que aclara que aún no barajan la posibilidad de quitarle el nombre y el escudo a Azul Azul. “De eso no se ha visto nada que yo sepa”, establece.
Esto por que si bien la Universidad no puede intervenir en las transacciones comerciales de quien administra el club deportivo, sí podrían ejercer su derecho -adquirido el año 2007- a quitarles el denominativo “Universidad de Chile” y su tradicional emblema, si es que estiman, amparados en las cláusulas del contrato, que no se están respetando los valores de la Casa de Estudios.
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