Novak Djokovic revela detalles inéditos de su detención en Australia previo al Abierto de 2022

Novak Djokovic (7°) se prepara para su debut en el Abierto de Australia. El serbio enfrentará este domingo al estadounidense Nishesh Basavareddy (133°). Se trata de un certamen que el histórico tenista ha ganado en 10 ocasiones. Es quien más veces lo ha conseguido, de hecho. Sin embargo, una de sus historias más recordadas no fue por un triunfo. Fue cuando se le prohibió el ingreso al país oceánico en 2022, por no estar vacunado contra el Covid-19. A tres años de aquel suceso, Nole revela detalles desconocidos.

El deportista asegura que en aquella oportunidad fue envenenado. “Nunca se lo dije a nadie públicamente, pero descubrí que tenía un nivel muy alto de metales pesados. Tenía muy alto el nivel de plomo y de mercurio”, dio a conocer.

“La única forma de que eso estuviese ahí era por la comida. Me sentía enfermo, como una simple gripe, pero después de varios días me hice tests y ese fue el resultado. A partir de ahí me hice tests de toxicología”, agregó.

También expone situaciones que vivió en la detención. “Mientras esperaba en el hotel para los detenidos, me dieron un papel con cientos de iconos: pasta de dientes, cepillo de dientes, agua, comida. Tenía que elegir y cada uno de ellos valía un total de puntos”, relató.

“Podía recibir hasta un total de 60 puntos. Lo hice y entregué el papel. Veinte minutos después, volvieron y me dijeron que habían cometido un error, que tenía 30 puntos y no 60. Pensé que estaban bromeando”, añadió.

El tenista afirma que pese a imponerse en los tribunales, se sintió perseguido: “Cuando gané el primer juicio, fui libre. Bueno, libre, si a eso le puedes llamar libertad. Estaba en una casa alquilada y la policía me seguía a todos lados, incluso había un helicóptero sobrevolando la Rod Laver mientras entrenaba. No tenía acceso al vestuario principal, tuvieron que buscarme un vestuario alternativo para poder cambiarme y darme una ducha. Me sentía como una especie de fugitivo”

Además, asegura que su deportación no fue producto de la decisión que tomó de no vacunarse, sino que fue un acto político. “No tuvo nada que ver con la vacuna ni con el Coronavirus, ni con nada más. Fue simplemente político. Los políticos no podían soportar que yo estuviera ahí. Para ellos, creo, era menos perjudicial deportarme que mantenerme en el país”, disparó.

“Con mi situación en Australia fui etiquetado como el villano número uno del mundo. Todavía hoy, el 99% de la gente no sabe por qué me deportaron de Australia. Por qué motivos. La gente piensa que me deportaron de Australia porque no me vacuné, que traté de forzar mi entrada al país, lo que es completamente falso”, enfatizó.

En esa línea, Djokovic asegura que no ha cambiado su pensamiento desde entonces, pese a las críticas que recibió. “Mi postura es exactamente la misma hoy que hace unos años. No soy pro vacunas ni antivacunas. Estoy a favor de la libertad de elegir lo que es correcto para ti y para tu cuerpo. Cuando alguien me quita el derecho a elegir lo que debo tomar para mi cuerpo, no me parece correcto”, dijo.