Hizo el gol de Antofagasta, que sirvió para empatar ante Unión Española en Santa Laura. Fue su segundo tanto en tierras chilenas. El venezolano Eduard Bello (22), no sólo llama la atención por su cabello, también lo hace por sus condiciones dentro de la cancha. Si bien aprovechó un infantil error del arquero Sánchez, que sucumbió a la presión de Felipe Flores, y empujó la pelota con arco casi descubierto, también desbordó, se asoció con sus compañeros, jugó de primera y rompió líneas con su pasada constante por el sector derecho del ataque puma.

"Gracias a Dios por este empate, por haber marcado un gol que nos sirvió de forma positiva. Sumamos un punto en una cancha difícil contra un rival duro. Rescato el sacrificio de los compañeros. Fue duro, sufrido, y nos llevamos el empate", aseguró tras la igualdad. Humilde.

Bello llegó a la Segunda Región desde Carabobo, donde anotó 19 goles. En el norte vive solo, a la espera de que su novia, Gabriela Brito, se mude con él. Ella también es deportista, y estuvo el pasado fin de semana en Coquimbo, disputando la tercera fecha del Circuito Sudamericano de Voley Playa. Junto a Norisbeth Agudo, ambas venezolanas, quedaron en el cuarto lugar.

El joven mediocampista aún no completa dos meses en Chile, pero ya siente el cambio respecto a su país. Dice sentirse a gusto, y que está disfrutando de la confianza que le da Gerardo Ameli: "Me hace estar tranquilo y soltarme. Me pide que haga movimientos, que me suelte y cambie de banda. Me ayuda a hacer un buen papel en la cancha", asegura.

El 20 de los pumas encontró un fútbol distinto al de Venezuela y, según él, eso se refleja desde la intensidad del juego hasta en el nivel de infraestructura. "Acá se juega a un ritmo bastante intenso y el fútbol es de harto roce y golpe. Me viene bien porque se acerca a mis condiciones. Será mi trampolín a un lugar más grande... Las canchas son mejores y se puede hacer un fútbol más vistoso", comenta la nueva figura antofagastina.

En la historia reciente del fútbol chileno hay dos venezolanos que destacan. Uno es Rómulo Otero, cuyo buen rendimiento en Huachipato lo llevó al Atlético Mineiro; y el otro Yeferson Soteldo, hoy en la Universidad de Chile. Bello quiere seguir sus pasos y espera que más jugadores de su país se desarrollen en el balompié criollo. "Le hace bien a los venezolanos. Hay uno en Huachipato (José Caraballo) y otro en Santiago Wanderers (Reiner Castro). Si lo hacemos bien, nuestro rendimiento le abrirá las puertas a otros compatriotas", aspira.

Su buen presente en Antofagasta, además, le hace mirar de reojo a la selección de su país. Quiere ser parte del camino a Qatar 2022. "Es mi mayor sueño, mi gran ilusión", dice. Y agrega: "Tengo disponibilidad, sé que me están siguiendo y ojalá poder estar".

Dos goles en tres partidos y buenos rendimientos ante Colo Colo, Unión La Calera y Unión Española. Es lo que ha dejado el mediocampista en sus primeros pasos en Chile y que lo transforman desde ya en un jugador a tener en cuenta. Eduard Bello y otra historia venezolana en Chile.