Los hinchas de Colo Colo continúan causando estragos. El Cacique se mostró sólido y peleó contra Fluminense, pero no le alcanzó y terminó cayendo en el Maracaná. En ese sentido, el cuadro nacional no solo hizo noticia en Brasil por lo futbolístico, sino que la fanaticada nuevamente se vio involucrada en hechos delictuales.
Nueve ciudadanos chilenos, todos barristas del conjunto de Macul, fueron detenidos por las autoridades brasileñas luego de ser acusados de protagonizar una serie de hurtos en las tiendas del aeropuerto internacional de Río de Janeiro.
Los forofos albos, que se disponían a regresar a Chile, se encontraban en el terminal a la espera de abordar el avión que los trajera de vuelta al país tras asistir al cotejo entre el Flu y el Cacique, cuando cometieron los delitos.
Según consignaron medios brasileños, los hurtos se registraron durante la mañana de este viernes. Desde el recinto informaron el robo de perfumes, relojes y gorros en numerosas tiendas del Aeropuerto Antônio Carlos Jobim, más conocido como Aeropuerto de Galeao. Incluso, también se registraron agresiones a uno de los empleados del lugar.
Luego de los hechos acontecidos, los locatarios comerciales informaron a las autoridades aeroportuarias, quienes lograron identificar y detener a los involucrados. El detalle arroja a nueve hinchas chilenos apresados, quienes serán remitidos al sistema penitenciario estatal de Río de Janeiro, donde quedarán a la disposición de la Justicia.
Antecedentes en Mendoza
Los hechos ocurridos en Río de Janeiro recuerdan a lo sucedido en Mendoza, en febrero pasado. La fanaticada alba protagonizó una serie de hechos delictivos, en contexto del duelo entre Colo Colo y Godoy Cruz.
Hubo diversas riñas entre barristas, hurtos, daños a la ciudad, agresiones a periodistas y, lo más grave, una acusación de violación hacia una mujer. Este último pasó un mes y medio en la cárcel y, finalmente, quedó en libertad por falta de pruebas en su contra.
Otros forofos no corrieron la misma suerte. Ocho barristas fueron condenados a un juicio abreviado a la pena de tres años de prisión en suspenso por robo agravado. Tras la condena, la Dirección de Migraciones tomó la determinación de expulsarlos y prohibir su ingreso de por vida a la ciudad.