El tercer partido de Quique Setién a cargo del Barcelona fue un dolor de cabeza. Nada le resultó al conjunto culé en su visita a Mestalla. La primera prueba de fuego para el nuevo estratega azulgrana tuvo una nota roja. El Valencia, que dirige el exmediocampista Albert Celades, ganó por 2-0, acabando con una racha de 13 años sin vencer al Barça en su estadio.

Arturo Vidal inició en la banca, para ingresar en el complemento. La suplencia del Rey en el partido ante el Ibiza, por la Copa del Rey, hacía suponer que sería estelar ante el equipo che, pero no fue así.

Setién mantuvo la línea de tres en el fondo, más la variante de Ansu Fati como lateral-puntero. El sostén catalán en el primer tiempo fue el arquero Ter Stegen, que estuvo inspirado. Una de sus tapadas fue el penal contenido a Maxi Gómez, en los 12'. El mismo delantero uruguayo tuvo revancha en la segunda parte. El 1-0 del Valencia llegó en los 48', con un tiro de Gómez que se desvió en Jordi Alba. Más tarde, en los 77', el mismo atacante concretó el 2-0 final.

El entrenador culé fue autocrítico. "Hay algunas cosas que los jugadores todavía no interpretan bien o no las explicamos bien. Lo que hemos visto no nos gusta ni a ellos ni a nosotros. Hemos dado pases sin sentido y no trabajamos para hacer esto", recalcó. En efecto, el Barça tuvo el 73,6% de posesión de balón y dio un total de 867 pases, 570 más que su rival, no obstante fue incapaz de generar peligro real en el área local. La ausencia del lesionado Luis Suárez empieza a pesar.

Vidal ingresó en el 56', por Arthur, buscando ser el revulsivo de su equipo. Mostró las ganas de siempre, aunque su inicio fue algo impreciso. Su actuación tuvo buenas críticas de parte de la prensa hispana. Por ejemplo, Sport dijo que "es el jugador en mejor forma de la plantilla y fue un grave error dejarlo en el banquillo".

Este domingo, el Barcelona puede perder la punta de La Liga si es que el Real Madrid vence al Valladolid.