Gustavo Díaz está ilusionado y lo demuestra. Se nota en su forma de referirse al proyecto que lo vincula a Everton de Viña del Mar y la sonrisa que proyecta al hablar de su arribo al fútbol chileno, un fútbol que admiraba desde los tiempos de la selección dirigida por Marcelo Bielsa y que, en su manera de ver el juego, creó escuela. Lo apodan El Chavo, producto de su gusto por la serie mexicana cuando era un niño. "En México pegó muchísimo mi apodo, porque en verdad es así, por El Chavo del 8. De chico me gustaba mucho. Un tío mío me puso el sobrenombre jugando al fútbol y yo tenía un gorro parecido que ocupaba para taparme las orejas cuando hacía frío y quedó".
¿Con qué plantel se encontró en Everton?
Con diferencias al del torneo pasado, donde el equipo terminó bien. Se fueron jugadores muy importantes. El portero, en la zona media se fue Iván Ochoa, arriba Patricio Rubio y Marco Bueno, pero vinieron jugadores importantes también.
Varios de los refuerzos los conoce por su pasado en anteriores clubes.
Sí. Sergio Vergara nos tocó que prácticamente se fue desconocido de Chile. En Celaya hizo una gran campaña y es uno de esos jugadores que viene con sed de revancha. Arizmendi y Freitas son jugadores probados por nosotros. Freitas es campeón con Peñarol. Arizmendi tiene experiencia en torneos internacionales con Delfín.
¿Puede Lucas Campestrini ser el relevo de Cristopher Toselli?
Son distintos. Toselli es un jugador que conoce muy bien el fútbol chileno y le había dado una seguridad a la portería que no había tenido en el primer semestre. Campestrini reúne ciertas características que buscábamos. Es un arquero ganador y transmite mucho a un plantel joven.
¿Hay conformidad con el plantel del que disponen?
Siempre nos gustaría tener cuanta más calidad, mejor, porque tienes opciones para elegir. Pero estamos contentos con lo que ha hecho el club. También está el trabajo en inferiores.
¿Qué le llamó la atención de venir a dirigir Everton?
Primero el fútbol chileno porque ha crecido mucho en Sudamérica. En características de juego, luego del pasaje de Bielsa, dejó una escuela muy interesante. No me quiero equivocar, pero del fútbol sudamericano me parece la liga con más identidad. Si uno ve un partido sin conocer las camisetas, sabe que es la liga chilena.
¿No lo consideró un paso atrás?
De ninguna manera, al contrario. Estoy muy agradecido de esta oportunidad. Hay muy buenos entrenadores acá y el fútbol chileno ha crecido en todos los aspectos. Espero poder aprender, competir y ganar.
¿Cuál es el sello que busca imprimirle a Everton?
Lo que hemos intentado hacer en todos los clubes. Siempre la idea es tener un equipo agresivo, ofensivo, que presiona mucho. Es el ideal que buscamos implantar.
¿Qué objetivos se marca para esta temporada?
Ser competitivos, tener una identidad que nos acerque a la hinchada y ser más consistentes de lo que fue Everton el año pasado.
¿Qué ha cambiado entre el Gustavo Díaz que empezó dirigiendo en Defensor y el de hoy?
La esencia es la misma. La pasión, competir, ganar. El día que no lo sienta más daré un pasó al costado y retomaré mi familia que hoy le estoy quitando mucho tiempo.
¿Qué técnicos lo marcaron?
En la actualidad hay muchos. Pero me quedo con el primero que tuve en juveniles, Jesús Rodríguez, quien nos enseñó que no solo entrenas futbolistas, sino personas. Eso me quedó muy marcado. A nivel profesional el primer técnico que me puso y me respaldó fue el Flaco Jorge Fossati, Después, lo que ha hecho el Maestro Tabárez en la selección uruguaya
Tocó la selección uruguaya. Hoy se ve un perfil distinto de mediocampista al de hace unos años. ¿Es casualidad?
Ha evolucionado, como también evoluciona el futbolista chileno. Es una gran virtud de los entrenadores que están trabajando en las formativas en Uruguay. Le están agregando a esa agresividad jugadores más resolutivos. Eso lo hace ser mucho más completo.