Tiago Nunes le dio un nuevo aire a Universidad Católica. Un equipo sin rumbo, sin ideas ni confianza, de pronto recuperó la pegada, los goles y la competitividad. Con rápidas, precisas y específicas modificaciones, el brasileño logró lo que jamás pudo Nicolás Núñez, su antecesor: darle una estructura de juego ordenada a los cruzados.
Hoy, la UC se ilusiona con meterse en la parte alta de la tabla, luego de dos triunfos consecutivos ante Cobresal y Deportes Iquique. En muy poco tiempo, el técnico mejoró drásticamente lo que estaba haciendo el exentrenador de Magallanes hasta hace poco más de un mes. Sin embargo, ¿cuáles fueron los cambios que implementó el nacido en Río Grande del Sur con respecto al trabajo del adiestrador anterior?
Cambio de sistema
Nicolás Núñez no varió el 4-3-3 ni en los momentos más complejos de su truncado proceso. Pese al evidente desgaste de la fórmula y a no tener los extremos necesarios, insistió en su dibujo y terminó pagando caro. En cambio, Tiago Nunes y sus colaboradores hicieron un acertado y veloz análisis del plantel, en el que concluyeron que los sistemas que mejor se acomodaban a las características de sus jugadores eran el 4-4-2 y el 4-2-2-2. “En lo táctico, ya mostró cosas diferentes respecto a lo que veníamos haciendo”, adelantaba Fernando Zampedri tras las primeras prácticas con el nuevo DT. El cambio de esquema mejoró tanto la faceta ofensiva como defensiva, porque ahora los universitarios son un equipo corto, que sigue la jugada en bloques, con César Pinares y Lucas Menossi cada vez más compenetrados. Y los resultados lo demuestran.
Entrenamientos largos
La primera práctica de Nunes al mando de la UC duró exactamente dos horas. La tendencia continuó y fue destacada por los jugadores. “Han sido semanas muy intensas. Se ha nota que el profe busca subir el tema físico en nosotros. Hemos corrido bastante”, revelaba Gonzalo Tapia, previo al partido contra Cobresal, el primer triunfo de la era del brasileño. Un escenario muy distinto al que se vivía antes con Núñez, cuando las prácticas en promedio no superaban los 90 minutos, cuentan en la precordillera. Y se notaba, porque el nivel físico del cuadro de la franja era muy pobre.
El brasileño se dio cuenta rápidamente y comenzó un plan de trabajo para mejorar ese aspecto, en el que ya se han visto avances significativos. “Estamos intentando cambiar un poco la metodología de trabajo. El aspecto físico es importante y no pasa solo por la preparación, sino también por el aspecto mental de que el jugador se sienta preparado para competir”, explicó el DT en TNT Sports.
La posición de Gonzalo Tapia
Durante toda la era de Nicolás Núnez, Gonzalo Tapia jugó como extremo derecho, muy pegado a la banda y donde la mayor parte del tiempo se vio incómodo. Sin embargo, con Nunes eso cambió de inmediato. El extécnico del Athletico Paranaense centralizó al delantero de 22 años para que jugara junto a Fernando Zampedri. Y rindió de inmediato: en los tres partidos dirigidos por el nuevo entrenador, el formado en la UC suma dos goles y dos asistencias, ambas para el Toro.
Justamente, la compañía de Tapia le ha permitido al argentino estar más libre en el área y no tan aislado como hace algunas semanas, cuando el exMagallanes estaba en la banca. Ambos han conformado una gran sociedad. “Es lo que me pide el profe durante la semana. Con Fer nos comunicamos harto. Creo que estamos haciendo un buen trabajo durante la semana, nos estamos coordinando bien en los movimientos. Sabemos que cuando uno va, el otro tiene que ir a los espacios”, graficaba Tapia.
Una decisión que no fue antojadiza. “En su periodo en fuerzas básica ha jugado de centrodelantero todo el tiempo y ha hecho muchos goles. Al jugador potente físicamente, cuando lo limitas a una banda, puede ser que limites sus movimientos y lo alejes del arco. Además, ayuda a Fernando en esa posición, porque ya no juega solo, y cuando juega solo es una referencia fácil para los centrales”, sostuvo Nunes, quien pese a llevar poco tiempo en San Carlos de Apoquindo demuestra un sorprendente y acabado conocimiento de las cualidades y limitaciones de su plantel.
Competitividad interna
“Hasta el día viernes en la tarde no se sabe quién va a citado o quién va a jugar, eso genera algo en la interna”, reveló Nicolás Castillo tras el triunfo ante Cobresal, cuando la UC por fin mostró una nueva cara después de mucho tiempo. Tapia coincidió: “Nunca pone un equipo. Nadie sabe durante la semana quién va a jugar. Se forma una competencia muy sana. No sabemos hasta el día anterior del partido quién va a jugar”. Esta metodología de Nunes ha generado una competitividad interna que antes no existía. Con Núñez en la banca, el camarín sabía los miércoles, tras la práctica de fútbol, quién jugaría el fin de semana. Ahora esto cambió y todos deben ganarse su lugar hasta el último entrenamiento.
No es la única variación con respecto al proceso anterior. Precisamente para aumentar la lucha interna y tras el empate a cero con Huachipato, Tiago Nunes integró a los entrenamientos del primer equipo a 11 jugadores de la categoría de proyección (Sub 21), con el objetivo de enviarle un mensaje al plantel de honor, de meterle presión a los consagrados y, obviamente, de observar qué juvenil puede ser una alternativa real en el largo plazo. “La intención de llamar a los jugadores de proyección es aumentar la intensidad competitiva”, remarcó el DT.
La salida y el pelotazo largo
Una de los principales errores de Nicolás Núñez fue insistir hasta el cansancio en la salida con el balón dominado, incluso, en momentos de apremio, cuando era evidente que el camino debía ser otro. El problema específico no era en sí mismo el hecho de salir jugando, sino la exasperante lentitud y la previsibilidad que se adueñó de la UC.
Hoy, el único tetracampeón de torneos largos del fútbol chileno ya no abusa de ese estilo. Si es necesario salir con un pelotazo, lo hace sin temor. Al respecto, Nunes es claro: “Yo no soy fanático de salir jugando en todas. No. Porque, por ejemplo, tengo un centrodelantero como Zampedri que pelea bien la primera pelota. Tengo bastante gente en el carril central para que gane la segunda pelota y, quizás, comenzar la fase de creación desde el medio“.
Y agrega: “No obstante, también dejo esa decisión al criterio de los centrales y del arquero, según el contexto del partido”. Un cambio de paradigma que es aplaudido en el vestuario cruzado.
Mano firme
Tiago Nunes ha recalcado que nadie tiene la camiseta de titular asegurada. Que, si ve que un jugador no tuvo una semana al 100%, no lo convocará. Así lo hizo, por ejemplo, con Nicolás Castillo para el duelo ante Huachipato, donde no estuvo ni en el banco. Sin embargo, el delantero reapareció ante Cobresal, con un buen desempeño, y sobre todo ante Iquique, donde fue el héroe con un golazo agónico de tiro libre.
El lema de Nunes es claro: juegan los que están mejor y punto. Lo mismo ocurre con los cambios durante los partidos. Si Fernando Zampedri jugaba siempre los 90′ con Nicolás Núñez, con el nuevo técnico eso no ocurre. El Toro ha sido reemplazado a los 70′ y los 73′ en los últimos dos compromisos, simplemente porque el partido requería otro tipo de jugador en ese momento, mucho más fresco en lo físico. Lo mismo ocurre con Alexander Aravena, uno que rara vez era sustituido temprano en el proceso anterior. El Monito ha tenido un opaco rendimiento en los últimos duelos, y al extécnico del Botafogo no le ha temblado la mano para sustituirlo.