“O tiene mala memoria o está tergiversando los hechos”: la dura respuesta a Carlos Chandía por sus dichos sobre el castigo que puso fin a la carrera de Iván Zamorano
Ángel Botto, el ex presidente del Tribunal de Disciplina, enfrenta los dichos del ex juez internacional respecto de una "negociación" para no sancionar tan enérgicamente a Bam Bam por la agresión en la final del Campeonato de Apertura de 2003.
Hace 20 años, la carrera de Iván Zamorano llegó a su fin. Al menos en términos oficiales, pues meses después se realizó una masiva despedida en el Estadio Nacional. Bam Bam defendía a Colo Colo, con el que llegaba al último partido del Campeonato de Apertura, frente a Cobreloa, en Calama, en condiciones de cumplir un nuevo sueño: alzar su primer título con la camiseta del Cacique, el equipo de sus amores. La goleada del conjunto minero lo impidió y el exgoleador se salió de sus casillas: terminó expulsado, con una agresión al juez Carlos Chandía como triste corolario de un impecable recorrido futbolístico.
Chandía recordó el incidente en detalle, en diálogo con El Deportivo. Ahí manifestó sus aprensiones respecto del castigo. El ex artillero del Real Madrid y el Inter de Milán recibió 11 fechas de sanción, cuando el máximo posible eran 50. El actual alcalde de Coihueco afirma que la salida fue pactada. “Se le terminó la carrera. Y que agradezca que no lo denuncié a la FIFA, porque ahí le habría salido salado. Al final, le dieron ocho fechas. Se negoció con él para que se retirara. En ese tiempo era Ángel Botto. El castigo a Zamorano fue negociado. Botto se lo puede explicar”, sostiene.
La explicación
Botto es Ángel Botto, quien entonces presidía la Primera Sala del Tribunal de Disciplina, el ente que aplica las sanciones en el fútbol chileno. En esa condición, tuvo que deliberar junto con el resto de los miembros de la corte deportiva el castigo que debía purgar el astro.
Firmemente, descarta la teoría de Chandía y, sobre todo, la existencia de una eventual negociación. “Mentira. Jamás hablé con Zamorano. Ni se me pasó por la mente. Presiones directas, no hubo ninguna”, establece el abogado. “O Chandía tiene mala memoria o está tergiversando los hechos, porque no se ha negociado nada. Nunca he negociado nada. Con nadie”, enfatiza.
Lo que sí reconoce el jurista es que el ambiente fue particularmente difícil, por la relevancia de la figura de Zamorano. “La (presión) de los medios fue feroz. Hasta un senador, Jorge Pizarro, que había sido expulsado del rugby, se metió. Me llevaron a un programa de canal 11, ya no recuerdo cuál, a lo que califico como una encerrona. Se plantearon barbaridades increíbles como que un héroe nacional como Zamorano no merecía castigo. Eso lo dijo Pizarro, sin ningún fundamento”, rememora.
Un escenario habitual
De todas formas, precisa que el escenario tampoco le resultó desconocido. “Fueron no solamente los medios del fútbol, sino todo el mundo. Mucha gente opinó, la verdad. Para mí no fue presión. No fue el único caso. Pasó todas las semanas en que estuve en el tribunal. Siempre hay presión”, establece.
Luego, entra ya en los detalles más técnicos de la determinación que se adoptó contra el ex capitán de la Selección. “Para el Tribunal hubo agresión. El fallo fue unánime. No recuerdo si el máximo era de 50 partidos. En el fallo están los fundamentos”, sostiene.
En el último aspecto de la reflexión, en todo caso, hay quienes establecen una precisión: que los castigos a los futbolistas, en general, no van acompañados de la respectiva fundamentación, por lo que no debe existir el registro de las razones que llevaron al tribunal a concluir que esas 11 fechas constituían el castigo adecuado para Bam Bam. “No se hace fallo cuando son jugadores. Solo se hace resoluciones, que no tienen que ser fundadas. Se hacen sentencias en casos de clubes o dirigentes, salvo escasas excepciones como en casos de racismo. Ahí sí que se incluyen los detalles”, sostiene un conocedor de la materia.
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