La muerte de Diego Maradona sigue generando consecuencias. La justicia argentina determinó procesar a ocho profesionales de la salud involucrados en la atención del astro argentino por su participación negligente en los acontecimientos que derivaron en el deceso del mejor futbolista de la historia, el 25 de noviembre de 2020. El astro se recuperaba de una intervención quirúrgica en el cerebro que había sido realizada pocos días antes.

Según determinó el magistrado a cargo de la investigación, la muerte de Maradona estuvo plagada de “deficiencias e irregularidades”. A esa conclusión se arribó después de las indagatorias que se iniciaron poco después de su fallecimiento, que conmocionó al mundo entero. Un panel de expertos compuesto por 20 personas determinó que en el fatal desenlace el equipo médico que atendía a Maradona actuó “de manera inapropiada, deficiente e imprudente”.

También se concluyó que el exfutbolista “habría tenido más posibilidades de sobrevivir” si recibía el tratamiento adecuado.

El campeón del mundo en México 1986 padecía de adicción al alcohol, un cuadro posterior a su también controvertida relación con la cocaína. El 2 de noviembre de 2020 fue ingresado a una clínica de La Plata por un cuadro de anemia y deshidratación. Un día después fue trasladado a un centro asistencial de la localidad bonaerense de Olivos, donde fue operado. Posteriormente, fue trasladado a una finca en las afueras de la capital argentina para realizar la rehabilitación, en una cuestionable determinación avalada por el equipo que estaba a cargo de sus cuidados.

Después de la muerte de Maradona se conocieron varios antecedentes respecto de los excesos que ocurrían en el lugar y de la responsabilidad que tenían en ellos quienes estaban encargados de atender al exfutbolista.

Maradona, como técnico de Gimnasia y Esgrima de La Plata.

Imputados

Entre los imputados figuran, entre otros, Leopoldo Luque, el médico de cabecera de Maradona y quien estuvo a cargo del procedimiento quirúrgico para extraerle un hematoma subdural. Además del facultativo, entre los procesados aparecen un siquiatra, un sicólogo, dos médicos, un jefe de enfermería y camilleros.

Todos deberán responder bajo la figura de homicidio, frente a un comportamiento que se considera negligente en la atención del reputado paciente que tenían a cargo. Arriesgan entre ocho y 25 años de prisión.

La denuncia fue presentada por dos de los hijos de la ex estrella del Napoli y Boca Juniors. Mario Baudry, abogado de uno Diego Fernando, uno de los herederos, declaró a Reuters que el jugador se encontraba “en una situación de indefensión” en el momento de su muerte. “Apenas vi la causa dije que era homicidio. Luché mucho tiempo y aquí estamos, con esta etapa cumplida”, sentenció.

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