Dominique Ohaco tiene una espina clavada. Hace cuatro años. Lo recuerda en cada intervención que tiene ante la prensa. En Sochi 2014, quedo 13ª, a un puesto de la final del slopestyle, especialidad del esquí estilo libre (ver infografía).
Hoy por fin le llegará la hora de la revancha. En esta noche de Chile, mañana de sábado en Corea, Ohaco disputará nuevamente la especialidad que la dejó con sabor a poco en Rusia. Y, de paso, en caso de terminar entre las 10 mejores de la competencia, se convertirá en la mejor actuación chilena en la historia de los Juegos Olímpicos de Invierno. Un récord que hasta ahora le pertence al esquiador alpino Thomas Grob, quien en Nagano 1998 terminó 11º en el combinado del esquí alpino.
A Pyeongchang, la esquiadora llega en el puesto 16 del ranking de la Federación Internacional de Esquí (FIS, por su sigla en inglés). Además de haberse convertido en la primera deportista nacional en competir en los X Games de Invierno, a fines de enero.
Pese a sus recientes pergaminos, Dominique prefiere no hablar del récord. Consultada por La Tercera, ni mencionó la palabra entre sus objetivos. "Clasificar a la final, porque en los Juegos pasados quedé afuera por un puesto. Pero viendo a los atletas que van a competir, cualquier cosa puede pasar. Todos tienen un gran nivel. Cualquiera puede salir último o primero", opinaba.
Grob, sin la presión de competir, fue un poco más atrevido. "Estoy seguro de que le queda muy poco tiempo a mi marca. Creo que eso pasará en Pyeongchang y sería muy lindo que la superen. Ohaco y Von Appen son las principales cartas", dijo.
Dominique está desde el 4 de febrero en Corea del Sur, trece días antes de competir. En la espera, se le ha visto relajada y disfrutando al máximo su segunda cita olímpica. Acompañada de su familia, está constantemente subiendo fotos y videos a sus redes sociales, como si fuera una debutante. "Es muy emocionante y lindo ser parte de un evento tan grande y lindo como los Juegos Olímpicos", comentaba tras la ceremonia inaugural en Pyeongchang.