Marcelo Larrondo continuará en O’Higgins. El club celeste logró convencerlo para que desistiera de su afán inicial de dejar el equipo, después del ataque del que fue objeto el fin de semana por un grupo de hinchas, en las afueras de su domicilio. Esa situación motivó al cuerpo técnico que encabeza Miguel Ramírez a marginarlo del partido frente Unión Española, el domingo.

Larrondo estaba decidido a partir. Más que su seguridad personal, incluso, lo inquietaba el bienestar de su familia. El club le brindó todo su apoyo. Lo mismo Ramírez, sus colaboradores y sus compañeros, quienes intentaron calmarlo. Ayer, de hecho, volvió a entrenar.

La dirigencia se reunió con él en la jornada después de la práctica, también para darle una fuerte señal de respaldo. De esa cita surgió la certeza de que el ex delantero de River Plate continuará en Rancagua. “Anunció que se quedaba. Y yo le cuento que seguimos preparando antecedentes para entregárselos a la fiscalía. Eso quedará para el lunes”, confirma el presidente del club, Pablo Hoffmann, dando cuenta, también, del decidido afán de perseguir a los responsables del amedrentamiento. El dirigente había declarado con anterioridad que el club agotará todas las medidas para que existan sanciones drásticas. “De lo contrario, sería un triunfo para los delincuentes”, había manifestado.

El equipo de Rancagua apoya a Larrondo. FOTO: O'HIGGINS

Compromiso total

Hoffman valora la unidad institucional en torno a Larrondo. “Que siga no es solo el resultado de una gestión nuestra como directorio. Acá influyeron todos. El directorio, sus compañeros, el cuerpo técnico, los controladores. Larrondo se sintió apoyado. Muchos hinchas le han hecho llegar mensajes de apoyo, también”, explica el máximo directivo del club.

No fue necesario dotar de condiciones especiales de seguridad al jugador ni a su núcleo más cercano, aunque en O’Higgins se han preocupado de cerciorarse de que en el conjunto residencial en que habitan Larrondo y los suyos ese aspecto opere de forma óptima.

En Rancagua aspiran a que Larrondo vuelva a estar tranquilo para que se transforme en la solución ofensiva que requiere el equipo de Ramírez. El nacido en Argentina, pero nacionalizado chileno, es el máximo anotador del equipo, con cinco conquistas.

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