Juvenal Olmos inicia la conversación con La Tercera y se nota relajado. Cuenta que viene de limpiar el patio, una de las tareas que le tocó en la repartición familiar durante el confinamiento. El ex técnico de la Selección y de la UC, entre otros clubes, es el protagonista del décimo capítulo de En Cuarentena, de El Deportivo. Y repasa su trayectoria en la Roja y los sinsabores y temores que le produjo. Se entusiasma cuando habla de la UC y deja entrever su próxima aspiración: trabajar en el ámbito formativo. También deja una certeza: pese a que está dedicado al comentario deportivo, se sigue sintiendo entrenador.

Su última experiencia, en Tiburones Rojos de Veracruz, no terminó bien…

Lo de Tiburones fue una locura. Tiburones no existe más porque están endeudados con mucha plata. El dueño me llama a las 2 de la mañana y me dice ‘véngase, le quiero proponer algo’. El equipo no tenía un plantel para mantenerse en México, tenía que hacer inversiones. Le pedí cinco jugadores, con categoría de selección. El me dijo ‘sí, hagámoslo’, y después no pasó nada. Cerré una parte dentro de mí, que lo necesitaba. Había salido de la carrera de técnico saltando la pandereta, pero me merecía volver a dirigir. Fueron seis partidos y estoy tranquilo. Si vuelve bien, si no, bien también.

¿Cuánto cambió después de la Selección? Se ve a un Juvenal Olmos distinto de esa época.

Estoy más pausado, después de tantos porrazos. Hoy me encuentro tranquilo, en un momento que tengo expectativa de lo que estoy haciendo. Las comunicaciones me dan algo especial. Las cosas que eventualmente puedo criticar también me las critico a mí.

¿Le gusta la Selección de Rueda?

Rueda está complicado, porque el recambio ha sido más acelerado en otros países. Lo nuestro fue lento, pero es injusto endilgárselo a Rueda. El responsable es la poca importancia que se les dio a las selecciones, a los campeonatos de menores. Hay muchos equipos que despidieron a sus técnicos de cadetes,después del estallido social. Es lo mismo que en el tenis. Pensamos que la Generación Dorada era eterna. ¿Cómo haces para replicar el carácter de Medel o el desparpajo de Vidal o para encontrar otro Niño Maravilla? Mientras no haya una política rigurosa de la ANFP, soy medio escéptico al pensar en el recambio.

¿Alguna vez se van a reencontrar con la UC?

Lo que puedo decir es que la Católica me permitió desarrollarme, ganarme la vida. Me siento querido ahí. Si voy a volver a dirigir, no lo sé. Veo más cerca el proyecto formativo. El futuro del fútbol está en la cabeza de los jugadores. Ni siquiera en su técnica, si es exquisito, hábil o talentoso. Nos hacen faltan jugadores irreverentes, que en vez de lloriquear le digan a su entrenador “sácame ahora”. O que le digan a Rueda “ponme, yo soy el nuevo lateral de la Selección, tengo 19 años, juego en Curicó”. Un jugador que, al igual que los de la Generación Dorada, sea irreverente. Me acuerdo de cuando Nelson Tapia me pidió llevar a Alexis Sánchez a una concentración. Tenía 15 años. Se fue mesa por mesa. Y se para delante de Marcelo Salas y le dice “gusto de conocerlo, yo lo admiro”. Esos cabros echo de menos.

¿Debe volver el fútbol el 31 de julio?

Tengo dos respuestas. Una es mía, me encantaría. La otra tiene más relación con mi función como comentarista: estamos medio desfasados en las cosas que estamos realizando. Veo que nos está faltando un liderazgo en la ANFP; hoy no hay un presidente. Entonces, quién va a tomar esa decisión, quién va a ir y va a defender el proyecto fútbol frente al gobierno y a decirles a las autoridades sanitarias “como fútbol sí estamos organizados”. Echo de menos ese liderazgo en la ANFP. Esperaría que Antillo o Milad tengan ese poder de convocatoria. No sé si el 31 de julio, pero a mediados de agosto, quizás.