Alemania llegó a Rusia con la fe intacta. El cuadro germano no atraviesa el mejor de los momentos, pero igual se ilusiona con defender de buena manera el título mundial obtenido en Brasil 2014. Los adiestrados por Joachim Löw suman apenas un triunfo (sobre Arabia Saudita) en los últimos seis encuentros, por lo que hay dudas entre los aficionados del equipo teutón de cara a su participación en la cita planetaria que se disputa a partir de este jueves.
El campeón defensor aterrizó en el gigante europeo sin su último héroe. Y es que Mario Götze, autor del tanto del triunfo en la final ante Argentina hace cuatro años, no participará de la competencia y deberá seguir el certamen por televisión, como un hincha más.
Luego de consagrarse como una de las revelaciones del fútbol mundial con apenas 21 años, el joven jugador, que recién había sido traspasado del Borussia Dortmund al Bayern Múnich cuando se disputó el torneo en Brasil, ha vivido los años más duros de su carrera.
La figuración internacional que le dio ser el héroe de la Copa del Mundo no logró traducirse en un buen rendimiento sostenido en el tiempo. Nunca logró ganarse la confianza de Guardiola en el Bayern, por lo que volvió a su equipo de origen donde, luego de varias lesiones y problemas físicos, le fue detectado un problema de metabolismo que lo mantuvo más de siete meses fuera de las canchas.
En julio del año pasado retomó la actividad, pero nunca volvió a lucir como el jugador que fue hace cuatro años y que ilusionó al mundo con el eventual surgimiento de una nueva estrella. En la última campaña con su equipo disputó 19 encuentros y anotó apenas tres goles.
Hoy, con 25 años, su figura y rendimiento se asemejan a un futbolista promedio y no a una figura mundial, como alguna vez se proyectó sobre él. Es la vida del último héroe de la Copa del Mundo. Olvidado por muchos y lejos del primer nivel del fútbol internacional.