Aunque por estos días la atención generalizada está puesta en la reanudación de las Eliminatorias, ni Colo Colo ni River Plate pierden de vista el principal desafío que tienen: la llave por los cuartos de final de la Copa Libertadores.
La serie partirá el martes 17, en el estadio Monumental de los albos, y se definirá siete días después, en el recinto homónimo que los Millonarios tienen en el barrio de Núñez, en Buenos Aires.
Refuerzos de nivel
Marcelo Gallardo intenta darle forma a una escuadra que recibió de manos de Martín Demichelis, quien, precisamente, había sido su sucesor cuando decidió partir a Arabia Saudita, tentado por los millonarios montos que se manejan en el país asiático, que se ha transformado en un imán para las grandes figuras, encabezadas por Cristiano Ronaldo.
El proceso no ha sido fácil. De hecho, han sido notorias las manifestaciones del entrenador durante los partidos, evidentemente descontento por el rendimiento de sus dirigidos y por la falta de fluidez en la ejecución de las ideas que propone. La dirigencia, de hecho, terminó por darle en el gusto con el fichaje de refuerzos de fuste. En el último mercado llegaron jugadores de la talla de Marcos Acuña y Germán Pezzella, campeones del mundo y seleccionados argentinos, además de Fabricio Bustos y Maximliano Meza.
Pretemporada
El análisis del entrenador concluyó que existen deficiencias físicas y tácticas que requieren solución relativamente urgente, porque el rendimiento en ambos aspectos es fundamental para la aplicación de un sistema que considera la permanente presión sobre el rival cuando se pierde el balón y los movimientos rápidos y explosivos cuando se recupera y se pasa a la fase de ataque, el sello del estratega.
En ese contexto, la escuadra riverplatense realiza jornadas de acondicionamiento que involucran, por un lado, el intento de nivelación en la parte física y, por otro, el reforzamiento de los conceptos tácticos y estratégicos que el Muñeco pretende traspasarles a sus jugadores. En ellos, seguramente, habrá alguna mención a cómo contrarrestar el plan que despliegue Jorge Almirón desde la trinchera alba. El balance de los enfrentamientos entre ambos favorece al símbolo de la escuadra de la banda sangre.
En las sesiones, naturalmente, no estarán los seleccionados. Entre ellos, Paulo Díaz, incorporado a la Roja para los choques frente a Argentina y Bolivia.
Según informa el diario Olé, el plan, que contempla jornadas dobles de trabajo en un complejo de la exclusiva localidad de Pilar, donde el Cacique también ha realizado jornadas de preparación, se extenderá hasta el sábado.