Osaka gana el US Open con escándalo de Williams
La japonesa consiguió su primer grand slam, en un partido que estuvo marcado por las penalizaciones contra la ex número uno del mundo, quien trató de ladrón al juez del partido.
Un escándalo. Así puede definirse la actuación de Serena Williams en la final del Abierto de Estados Unidos. A punto de cumplir 37 años, la norteamericana no fue capaz de controlarse y ensució el festejo de la japonesa Naomi Osaka, de apenas 20. La clara victoria de la asiática por 6-2 y 6-4 pasó a un segundo plano tras el escándalo de la ex número uno del mundo.
Todo comenzó tras la aplicación de una advertencia del árbitro Carlos Ramos a Williams por coaching. Es decir, fue sorprendida recibiendo instrucciones de su entrenador desde la tribuna. La tenista se molestó y le reclamó lo injusto del cobro, pese a que su técnico lo reconocería después. Sin embargo, los ánimos se caldearon, luego de que la estadounidense rompiera una raqueta y recibiera una segunda sanción, que le significó perder un punto.
Más tarde, la local insultó al juez. "Deberías pedirme perdón tú a mí. Yo soy madre y no hago trampas. Eres un ladrón y un mentiroso porque me has robado un punto", le espetó, entre lágrimas. Eso provocó que fuese penalizada con un juego y se presentara el supervisor del torneo ante semejante escándalo. Ahí, Serena argumentaba razones de género.
En la cancha, Osaka fue una máquina. Con mucha agresividad en sus tiros neutralizó a Williams, quien se vio muy incómoda cada vez que la asiática la desplazaba. Además, la potencia característica de la local tampoco dañaba.
Así, el primer set se fue rápidamente. Dos quiebres le bastaron a la veinteañera retadora para asegurar un parcial sin fisuras.
En el comienzo del segundo capítulo, el público intentó levantar a su predilecta, que intentaba alcanzar su vigésimocuarto major y así igualar el récord de la australiana Margaret Court, como la más ganadora de la historia de los grand slams.
Sin embargo, la nipona aguantó bien. Salió de los momentos difíciles y manejó brillantamente la situación, logrando abstraerse del bochorno de Williams. Cerró el partido de gran manera. La perdedora la abrazó y siguió insultando al árbitro. Mientras que la ganadora tenía un semblante terrible, luego de romper a llorar. Encima, el público abucheó, lo que le dio más tristeza al cuadro.
"No quiero ser maleducada, no voy a responder preguntas. Ella es una gran campeona y jugó mejor que yo. Yo sé que ustedes me aman y yo los amo. Vamos a hacer de esto el mejor momento", dijo Williams en la premiación.
Mientras que Osaka, la primera japonesa en ganar un major, se mostró muy contrariada tras derrotar a su ídola. "Estoy tan feliz como triste".
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