La histórica actuación del Team ParaChile en Tokio buscaba sumar un nuevo capítulo de gloria, a través de la canoísta Katherinne Wollermann, quien esperaba tomarse revancha de lo ocurrido en Río 2016, cuando remató cuarta y arañó el bronce. Esta vez la historia cambió y la exponente de 29 años consiguió llegar al podio.
Esta vez, la deportista nacional llegaba como favorita para la final de la KL1-200, ya que con su tiempo en su heat avanzó directamente a la última instancia, sin necesidad de disputar las fases previas, por lo que la ilusión estaba a tope. Y lo hizo de forma dramática, al adjudicarse el bronce en el último suspiro, con un tiempo de 55″921.
Las condiciones climáticas fueron ideales para la penquista, quien se perfeccionó en este deporte en la Octava Región. Sin embargo, el esfuerzo físico que realizó para lograr una actuación memorable le pasó la cuenta y la dejó con algunas complicaciones. De hecho, en el preciso instante que cruzó la meta, la canoa se dio vuelta.
Hubo bastante preocupación en los integrantes del equipo. Sin embargo, estas reacciones al esfuerzos son propias de su condición de discapacidad.
“Katherinne está bien, está contenta. Lo más importante es que está bien. Debido a su lesión espinal, ella tiene espasticidad, que son movimientos involuntarios que aumentan luego de hacer un ejercicio de alta intensidad. Y la final de un Juego Paralímpico es para entregarlo todo”, explicó el médico Raúl Smith.
“Al momento del final de la carrera decidió inclinarse para tomar los últimos centímetros. Es una decisión técnica y táctica, que lo ideal es no realizarla, pero en estas circunstancias lo hizo. Médicamente estaba conversado y el cuerpo técnico lo sabe, por lo que había gente atenta para sacarla del agua”, agregó el profesional, quien destacó que se ha ido trabajando desde el punto de vista de la administración de medicamentos para que estas situaciones no se repitan con tanta frecuencia, tal como sucedió anoche y también en Río 2016.
De este modo, Chile suma su sexta medalla en la cita, luego de los oros del nadador Alberto Abarza y de la lanzadora Francisca Mardones y de las dos platas del propio Abarza y la de la tiradora Mariana Zúñiga.