Bolivia volvió a mostrar su mejor cara, esa que tiene sólo en La Paz. El cuadro del técnico venezolano César Farías no tuvo mayores complejos para golear 3-0 a Uruguay. Un resultado que hunde más a los visitantes, lo deja con cuatro derrotas seguidas y que detiene otra vez a uno de los rivales directos de la Roja en la carrera por llegar a Qatar.

Porque el negocio de la Celeste estuvo claro desde el inicio, en un terreno que le desacomoda de manera histórica. Agrupar mucha gente en el medio, defenderse con la pelota y quitarle una velocidad al peligroso ímpetu altiplánico.

Un planteamiento que resultó a medias. El local tenía la pelota, aunque carecía de la profundidad para inquietar la resistencia de la última línea oriental, que siempre estuvo bien ubicada para tapar los remates de los atacantes verdes.

Sin embargo, en la media hora todo se vino abajo para los visitantes. Y no podía ser de otra manera que de un error. El mismo que cometió el meta Fernando Muslera, quien permitió que el balón botara en un largo centro enviado desde la izquierda por Juan Carlos Arce. Grave equivocación para el 1-0 de los bolivianos.

Un golpe del cual el equipo de Óscar Tabárez no pudo levantarse. Cuando el partido terminaba en su primera fracción, una descoordinación de la zaga uruguaya terminó en un torpe tiro de esquina. La ejecución de Arce encontró la cabeza de Marcelo Moreno Martins, quien la mandó al fondo de la red para el 2-0.

Hegemonía absoluta

Con el patente temor de completar la cuarta derrota consecutiva, el técnico de los charrúas tuvo que mover las piezas. El ingreso de Luis Suárez pretendió entregar mayor volumen ofensivo, pero el local tenía el duelo controlado.

Tanto, que se dio el lujo de errar un penal a los 62 minutos, cuando Moreno Martins no pudo dar con el marco. Tres minutos más tarde, el mismo delantero de Cruzeiro remató preciso de cabeza, pero su tiro encontró bien ubicado al meta Muslera.

Parecía que los altiplánicos estaban cerca de una nueva goleada en La Paz. Sin embargo, la expulsión de Carmelo Algarañaz, a los 74 minutos, puso un compás de espera en el duelo.

Sólo una promesa, porque la Celeste nunca pudo contra los pelotazos cruzados de un equipo que tiene a la altura paceña como su hábitat natural. Esta vez fue un centro de Fernando Saucedo el que encontró la cabeza de Arce, quien logró el 3-0 a los 79 minutos.

No hubo tiempo para más, una goleada que refrendó la profunda crisis que vive el equipo del Río de La Plata y que pone en carrera a los dirigidos de Farías para pelear ese quinto cupo.


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