Otra muerte en el boxeo: ¿Hasta cuándo?
La muerte del ruso Maxim Dadashev tras un combate y la condición crítica del argentino Hugo Santillán reabren el debate sobre los riesgos de una disciplina cuya esencia es noquear a golpes al rival. Los médicos son tajantes en contra.
Esta mañana falleció el boxeador ruso Maxim Dadashev, producto de los golpes sufridos en un combate ante el puertorriqueño Subriel Matías, el último viernes en Oxon Hill, Maryland. Ambos púgiles se enfrentaron en la categoría superligero y la pelea debió ser detenida por los propios preparadores del malogrado deportista, al finalizar el undécimo asalto.
El eslavo se encontraba en muy malas condiciones, a tal punto que debió ser operado de inmediato para disminuir la presión del cerebro provocada por una hemorragia. Sin embargo, los esfuerzos fueron en vano y terminó perdiendo la vida a los 28 años.
Este mismo fin de semana, en San Nicolás, Argentina, el transandino Hugo Santillán se desvaneció mientras los jueces leían el fallo que le dio el empate frente al uruguayo Eduardo Abreu, por la definición del título latino ligero del Consejo Mundial de Boxeo. En el mismo cuadrilátero se le tuvo que aplicar oxígeno y luego fue traslado al hospital San Felipe, en estado muy grave, por causa de un traumatismo craneano. Tiene apenas 23 años.
Ambas situaciones reabren un viejo debate sobre los efectos del boxeo y si realmente se le debe admitir como un deporte. "Es una actividad que tiene riesgos, pero mucho menos riesgos que el automovilismo, el andinismo y otros", dice Claudio Pardo, exentrenador de Carolina Rodríguez. La diferencia es que el objetivo del automovilismo o el andinismo provoca la muerte por accidente, fundamentalmente la propia, no la del contendiente. El objetivo en sí es noquearlo.
"El boxeo es un deporte de contacto, pero si ustedes van más a fondo en el tema de las muertes, viene por irresponsabilidades de los deportistas y los entrenadores. Yo aprendí que los deportistas se deshidratan demasiado. La FIB, que es la entidad de boxeo más seria del mundo, hace un pesaje un mes antes del combate, otro 24 horas antes y uno 12 horas antes, para controlar que el boxeador no se deshidrate y evitar situaciones como la del boxeador ruso. Al sacarle agua al cuerpo, el cerebro pierde líquido y deja a los boxeadores a un nocaut", apunta.
Profundizando en esta idea, Pardo afirma que la negligencia es común en el ambiente pugilístico. "Todo el mundo lo hace y es una muy mala práctica. Los entrenadores, que son los que deberían tener la experiencia y los años de circo, permiten que pase eso", expresa. Y añade: "En una convención en Bangkok aprendí sobre los riesgos de la deshidratación. Con la Crespa nunca nos deshidratamos, porque además descubrimos que ella es monorrena, es decir tiene un solo riñón y no podía darle más trabajo. Y esa condición la descubrimos gracias a unos exámenes realizados por motivos de su carrera deportiva, ella no sabía".
Sobre este último punto, Felipe Moyano, neurocirujano de la Clínica Universidad de Los Andes, aclara que "al final no es tanto el tema de la deshidratación como sí lo es la acumulación de traumatismos repetidos, que es lo más grave. Durante una pelea se puede ir desarrollando un edema cerebral y eso te puede provocar hasta la muerte".
El facultativo ahonda en estas consecuencias. "La opinión de nuestra especialidad de neurocirugía, y que se ha tratado en distintos congresos, es que el boxeo al final genera traumatismos de cráneo repetidos, que pueden generar cuadros demenciales. De hecho, está descrita la demencia pugilística, que está presente en más de un 25% de las personas que se dedican al boxeo. Puede provocar trastornos de comportamiento, trastornos emocionales y un deterioro cerebral con trastornos neurológicos, que van desde la demencia hasta cuadros epilépticos y cuadros de muerte precoz", indica.
"En el caso de este boxeador que murió, puede ocurrir que tú puedes tener cuadros de contusiones cerebrales o lesiones vasculares que pueden generar un edema cerebral en muy corto plazo. Eso es lo que produce un nocaut. Al final, un nocaut es un traumatismo de cráneo, que te genera un edema cerebral y compromiso de conciencia. Esto puede tener muchas magnitudes. De hecho, según las estadísticas, hay más de 600 muertes provocadas por el boxeo. Desde el punto de vista nuestro hay un riesgo para la salud de las personas que practican este deporte, ya que si se ponen en la balanza los riesgos y los beneficios, hay mayores riesgos, porque van en deterioro de la función neurológica", concluye.
En tanto, el boxeador Miguel Véliz comparte la tesis de Pardo. "Hay varios boxeadores que han caído, a veces por irresponsabilidad de los árbitros y de los boxeadores, que consiguen chequeos adulterados y pelean igual. El boxeo no es para toda la gente, por eso se hacen un montón de exámenes. Están todas las precauciones, pero siempre ocurren tragedias. Eso puede pasar en cualquier deporte. Ahora está mucho más civilizado. El riesgo siempre puede estar. Son cosas que pueden pasar", expone.
El deportista reconoce los peligros de la actividad. "Es inevitable, porque uno busca acabar con el rival. No había pensado en medidas. Habría que pensar cuál sería la manera. Se han ido modificando reglas y en una de esas aparece alguna nueva. Se está expuesto. Por eso es tan duro el entrenamiento", dice, junto con destacar lo que le impulsa para dedicarse a esta disciplina. "Cuando uno pelea, con la adrenalina, se produce una sensación que motiva. Se nace siendo peleador y eso te hace vivo".
Naturalmente, no está de acuerdo con una eventual prohibición, pues eso no cambiaría sustancialmente las cosas. "Hay deportes más riesgosos. Si se prohíbe el boxeo, van a seguir peleando, porque la pelea es parte de la naturaleza. Es como los perros de pelea, que no se saca nada con adiestrarlos. Para mí es deporte, una cultura. En Tailandia todos practican muai thai. Es una cuestión cultural. Cada uno tiene diferentes opiniones. En México, por ejemplo, ser boxeador es bien mirado como terapia", destaca.
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