El 23 de noviembre del año pasado, Chile debía recibir la final de Copa Libertadores. Debía, porque el estallido social y los violentistas dijeron lo contrario y la definición se fue a Lima. A dos meses y medio de esa determinación, hoy se jugarán los primeros dos partidos internacionales en territorio chileno: uno en Santiago y otro en Coquimbo. La tensión es alta.
El fútbol chileno vive un nuevo test luego de que el fin de semana varias canchas sufrieran el acoso de los violentos. El Sánchez Rumoroso, el Nacional y San Carlos quedaron al debe con una suspensión, una invasión y una gresca. Dos de esos recintos vuelven a estar bajo la lupa hoy.
Los actores involucrados han tomado recaudos. Desde la Conmebol a Estadio Seguro, pasando por los clubes y la ANFP. Cambio de horario en el caso de la U y la suspensión de la venta de entradas en el de Coquimbo Unido fueron las primeras medidas aprobadas en Asunción. Sin duda, el proceso previo no ha sido normal. El fin de semana encendió las alarmas para todos y se teme que los hechos de violencia se puedan repetir. Y es que el detalle de lo ocurrido no es menor.
"De acuerdo a Carabineros, hasta el minuto hay 10 personas detenidas por delitos en los estadios el pasado fin de semana, todas las cuales quedarán con prohibición de asistir a los estadios, ya sea por prohibición judicial o por derecho de admisión. Las Intendencias y Gobernaciones respectivas presentarán las querellas que corresponden y se ejercerán todas las herramientas que otorga la Ley para impedir que estas personas vuelvan a los estadios", detalla Cristóbal Lladser, jefe de departamento de Estadio Seguro.
Adicionalmente, Lladser detalla que hay cerca de 30 personas involucradas en hechos de violencia del fin de semana que fueron captadas por las cámaras de seguridad de los estadios que están en proceso de identificación y que también se busca sacarlas de los estadios. La U, Coquimbo y la UC ya confirmaron que aplicarán derecho de admisión a quienes identifiquen.
En las reuniones de coordinación de la seguridad de cada partido se ha hecho hincapié en que hay que evitar los problemas a toda costa, aunque saben que es difícil. Por eso se han solicitado medidas adicionales de seguridad. Y es que, por un lado, el fútbol no quiere seguir lamentando víctimas y, por otro, los clubes saben que se arriesgan a sanciones durísimas por parte de la Conmebol, que incluso podría apartar al fútbol chileno de sus competiciones.
En la ANFP, en tanto, saben que lo que está ocurriendo es difícil y no eluden una realidad: "Garantizar (que nada ocurrirá) es prácticamente imposible, lo que sí se puede garantizar es que se tomen todas las medidas", expuso Rodrigo Robles, gerente de ligas profesionales de Quilín.
El fútbol se prepara para una nueva batalla contra los barrabravas.
[caption id="attachment_998184" align="alignnone" width="647"]
AGENCIAUNO[/caption]
La guerra civil de las gradas
De un lado, hinchas enfrentándose con Fuerzas Especiales al punto de expulsarlos de la tribuna Mario Lepe. Del otro, abonados aplaudiendo el accionar de carabineros. Esas fueron las dos caras que la tarde del domingo se vieron en San Carlos de Apoquindo.
La polarización llegó al estadio y varios actos de violencia y vandalismo contribuyeron a un ambiente muy anormal.
Cuando comenzaron los disturbios, numerosos hinchas intentaron frenar a los vándalos, lo que ayudó a evitar que pudieran entrar en la cancha. Esto, sin embargo, derivó en duros enfrentamientos a golpes entre los que trataron de boicotear el juego y los que se lo impidieron.
Mientras la UC anuncia medidas para frenar estos hechos, las discusiones se traspasan a las redes sociales y los ánimos siguen muy caldeados.
Batalla, el ejemplo del nuevo aguante
Luego se desahogó y dijo que "no se puede jugar así", pero Batalla escenificó mejor que nadie la voluntad casi heroica de los futbolistas por seguir jugando pese a los ataques barristas. El portero de O'Higgins sufrió lanzamiento constante de objetos por su zona y uno, un pedazo de madera, le impactó en la cabeza. El árbitro le ofreció parar, pero el meta dijo que estaba bien para seguir.
Juan Tagle agradeció en alto el gesto de O'Higgins de seguir jugando pese al ambiente. Otros casos han demostrado que hay quienes dan un paso atrás ante la aparición de los vándalos.
Gamadiel García, presidente del Sifup, no cree que haya un cambio de actitud de los jugadores frente a los ataques barristas. Lo que cambió, cree, fue que estaban las condiciones para jugar porque el contingente policial sí controló los intentos de invasión. "Pero cuando no se pueda, no hay que forzar", dijo.
Los Robocops no son obligatorios
Lo ocurrido este fin de semana tiene en alerta máxima a los clubes y a las autoridades.
La prueba más inmediata son los partidos internacionales de Universidad de Chile y Coquimbo. En el caso de los azules, Estadio Seguro solicitó mayor número de guardias normales y especializados (robocops) y "se repasarán los protocolos de acción al momento de actuar tanto la seguridad pública como la privada", según detalle Cristóbal Lladser, jefe del plan.
En el cuadro pirata asumen que deberán invertir en seguridad con guardias preparados. "Vamos a tener que sacar recursos del fútbol formativo para proteger a la gente", señaló Jorge Contador, timonel nortino a radio Agricultura.
En tanto, la UC no tiene contemplado contratar robocops, aunque desde el club aseguran que "todo es evaluable". La ANFP sigue dando libertad para que cada club haga lo que quiera en materia de seguridad.