Real Madrid es un equipo copero que cuando tiene que poner el bus, al menos en estas instancias de la Champions, no tiene complejos. Menos con un técnico como Calor Ancelotti, criado bajo el amparo del catenaccio.

Esa es la versión que se vio ayer de los merengues que sólo se vino abajo en el final de los descuentos, cuando Kylian Mbappé marcó el 1-0 para Paris Saint-Germain, resultado que deja todo abierto para el duelo de regreso de los octavos, el 9 de marzo en el Bernabéu.

El ímpetu inicial fue sólo un espejismo para los blancos. Una insinuación. Porque el equipo de Carletto nunca salió del libreto. Defendió con nueve jugadores de campos, donde la orfandad de Karim Benzema fue notoria.

Así pasaban los minutos y la desesperación de los parisinos se encendía. Pese a las constantes incursiones de Mbappé, el mejor de los locales, quien fue un problema imposible para la zaga merengue.

A los 5 minutos, el jugador que podría pasar a la vereda contraria en la próxima temporada, fabricó un desborde que terminó en un pase rasante que Ángel di María no pudo capitalizar.

El cencerro de los madrileños no aflojaba. Mientras la pelota circulaba entre Lionel Messi y Marco Verrati. A los 18 minutos, un pase a las espaldas de la zaga terminó con el único remate franco que tapó el meta visitante Thibaut Courtois, quien estuvo brillante en achicar el disparo de Mbappé.

Entonces el duelo se tornó aún más frío. El multicampeón de la Champions nunca tomó la iniciativa y no tuvo un solo tiro al arco. Y mientras Toni Kroos y Luka Modric corrían detrás de la pelota.

El técnico italiano no salió de su postura, con los punteros Marcos Asensio y y Vinicius Juniir jugando en una sola línea para defender con 4-1-4-1, con Casemiro -el mismo que no estará en la vuelta- sobre los centrales.

Mbappé en el final

Tras el reinicio del duelo en la segunda etapa, el cuarto de hora inicial de los galos fue brillante. Mbappé volvió a enfrentar a Courtois, esta vez desde el punto penal. Pero el arquero belga estuvo notable en la tapada.

Tampoco pudieron hacer mucho más Messi ni su amigo Di María. Hasta que llegó la jugada que quebró el partido, cuando Dani Carvajal derribo en el área a Mbappé en el área. Lio no tuvo reparos, tomó la pelota, pero su disparo fue repelido de manera notable por el portero del Madrid, quien a la larga se consagraría como la figura de los merengues.

El ingreso de Neymar, a los 73 minutos, intentó dar un poco más de dinámica a los parisinos, pero tampoco pudo encender la ofensiva del PSG. A los 77′, un disparo de Mbappé se fue por poco y el local volvía a fallar.

Y cuando los hispanos se frotaban las manos con el empate, el mismo atacante campeón del mundo, ensayó una genialidad que le dio el merecido triunfo de 1-0 a los galos, que el 9 de marzo visitarán la capital española.