Las malas noticias llegaron todas juntas a la U. Las cuatro derrotas consecutivas que sufrió Universidad de Chile hicieron entrar en crisis al equipo que entrena en el Centro Deportivo Azul.

Menos aún cuando se conoció una nueva sanción que afecta a Mauricio Pellegrino y que no lo dejará dirigir ante Curicó Unido el próximo lunes (20 horas). Resulta que el entrenador argentino no aprendió la lección y nuevamente hizo ingresar a su equipo algunos minutos más tarde de lo que estaba programado en su compromiso ante Magallanes.

La acción fue consignada en el informe del juez Felipe González y castigada, con un partido de suspensión, por el Tribunal de Disciplina de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional. ¿La razón? No es primera vez que el equipo laico retrasa el inicio del juego por quedarse más tiempo en el camarín.

Todo comenzó en el Superclásico, cuando la U y Colo Colo decidieron demorar un poco más el encuentro y no se presentaron en la cancha a la hora señalada. Falta que también fue informada, pero -por ser la primera- quedó impune.

Sin embargo, los azules volvieron a repetir el error ante Unión Española y eso que el árbitro José Cabero le avisó dos veces que debían apurarse para que no se produjera el atraso. En esta oportunidad, el Tribunal no perdonó al DT estudiantil.

Por lo mismo, ahora, no hubo piedad para el cordobés y ante la repetición de la conducta nuevamente es sacado de la banca y deberá ser su ayudante, Xavier Tamarit, quien asuma la conducción del equipo. Tarea que puede significar un antes y un después para Universidad de Chile, ya que una nueva derrota complicará el ciclo de estratega.

Y la razón es simple, Pellegrino no sólo lleva cuatro juegos sin sumar, también se alejó de los primeros lugares y hoy está fuera de los puestos que dan boletos a las competencias internacionales. El cual era el gran objetivo que se había planteado Azul Azul para este años.

Además, el estratega ha perdido la confianza de gran parte del directorio de la concesionaria que rige al equipo que entrena en La Cisterna por sus constantes quejas y hasta el presidente de la entidad, Michael Clark, abandonó la cancha cuando la goleada de O’Higgins era inminente.

Si a eso le sumamos que Pellegrino quiere cambiar de locación para recibir a los sureños, pasando por encima del millonario contrato que firmaron con el estadio Santa Laura, la tirantez llega a su grado máximo.

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