El fútbol chileno no deja de sorprender como una inagotable fuente de escenas pintorescas y también vergonzosas. Si la semana pasada fue un galvano reciclado en Concepción, esta vez fue un particular hecho ocurrido en el estadio Zorros del Desierto en el partido entre Cobreloa y Cobresal, por la final de vuelta de la Zona Norte de la Copa Chile.
Todo ocurrió en el minuto 29, cuando el joven jugador Luciano Parra encaró y sacó un zurdazo al ángulo para poner el 2-0 parcial. El problema es que pocos se percataron de que el balón había entrado a la portería de Alejandro Santander, pues traspasó la red.
El árbitro Diego Flores cobró de inmediato el gol y los jugadores visitantes se le abalanzaron para reclamar que el balón no había entrado. La protesta más airada fue la de Gastón Lezcano, quien vio la tarjeta roja, mientras los jugadores loínos se abrazaban para festejar el tanto.
La situación pudo haberse evitado si el cuerpo arbitral hubiese revisado detalladamente la malla del pórtico y así haberla repuesto por una que estuviera en óptimas condiciones y que cumpliera con las medidas reglamentarias. De hecho, la situación se volvería repetir en otros dos tantos más, incluso en el otro arco.
Posteriormente descontó Cecilio Waterman, a los 32′, pero Luciano Parra puso el 3-1, a los 41′, marcador con el que ambos elencos se irían al descanso. Había abierto la cuenta David Escalante, de penal, en el minuto 20. En el segundo tiempo descontó Waterman (46′) y volvió a aumentar Gustavo Gotti (53′).
El 4-2 se mantuvo y el conjunto que dirige Emiliano Astorga ganó 7-3 en el global gracias al 3-1 en El Salvador. Su próximo rival en la semifinal nacional será Colo Colo, equipo que asoma como el gran candidato a quedarse con la Copa Chile.