Otro revés para Dani Alves: la policía revela video clave de la víctima y hallan huellas dactilares que desmienten al futbolista

Dani Alves
Dani Alves como futbolista en Barcelona.

La víctima fue grabada por error poco después de la agresión sexual que sufrió el 30 de diciembre en la discoteca Sutton de Barcelona. Muy afectada emocionalmente, revela que el jugador la abusó sexualmente.



Dani Alves suma otro revés en España. Durante la mañana de este miércoles, según publican los principales medios de España, se dieron a conocer nuevas pruebas contra el futbolista brasileño, quien está en prisión preventiva tras ser acusado de agresión sexual por una joven de 23 años.

El medio El Periódico agrega nuevos antecedentes, que son replicados por Marca. Señala que a uno de los agentes que acudió al sitio se le activó la cámara de video que lleva el personal en el pecho y grabó a la víctima en sus primeras declaraciones. Una vez ocurrió el encuentro, la mujer que lo denunció fue llevada a un hospital, sitio en el que fue examinada por un médico forense. En la conversación, entre llantos de desesperación, la denunciante ya apuntaba a Dani Alves como el violador.

Otro de los puntos clave que apuntan al futbolista es que la policía científica halló pruebas que respaldan la teoría de la denunciante. En la ropa que entregó la mujer, según publican en España, “la policía científica halló huellas dactilares que también respaldan a la denunciante y desmienten al futbolista”. Las informaciones señalan que en los resultados de los análisis se detectaron lesiones consecuentes a un forcejeo. El jugador, en primera instancia, aseguró que nunca había compartido con la denunciante.

La portavoz del Gobierno, Patrícia Plaja, sacó la voz para referirse al caso que tiene conmocionado a Españas. “Demuestra que la impunidad con la que han actuado durante mucho tiempo algunos personajes públicos, gente con poder, se ha acabado”.

La funcionaria del gobierno español ha destacado el “valor” y la valentía de la víctima a la hora de denunciar el caso, y ha sostenido que “el miedo está cambiando de bando”.”El mensaje es muy claro, sea quien sea el presunto agresor sexual, la violencia sexual no queda impune. Y esto es posible porque hay leyes, hay protocolos, que protegen a las víctimas, y porque en este caso concreto la discoteca donde sucedieron los hechos aplicó de forma adecuada y sin dudar el protocolo contra el acoso y las agresiones sexuales en espacios de ocios”, cerró.

Este martes, en tanto, se sumaron dos nuevos testimonios contra el jugador. Dos acusaciones que cobran relevancia: el de la prima de la denunciante y el de una amiga de ambas, quienes habrían acompañado a la presunta víctima cuando ocurrieron los acontecimientos. La segunda es quien expresó que Alves también se sobrepasó con ella.

Según detalla la publicación, la testigo habría declarado que el lateral brasileño la estuvo “manoseando con violencia” y que incluso llegó a tocar sus partes íntimas, momento en que la mujer logra zafarse y alejarse del seleccionado brasileño.

Las declaraciones coinciden con el crudo relato que realizó la presunta víctima. Mencionó que el futbolista “comenzó enseguida a tontear con las tres, pegándose mucho a ellas y tocándolas”, conectando así con la versión expuesta por su amiga en calidad de testigo.

Alves se enfrenta ante un presunto delito de violación. Según la última modificación legislativa realizada por la “Ley del sí es sí”, el delito de agresión sexual abarca desde tocamientos no consensuados o consentidos, hasta violación. La ley indica que cuando la agresión consista en acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal, las penas oscilan entre los cuatro y los doce años de prisión.

En ese sentido, el futbolista se podría ver obligado a pagar una cuantiosa suma de dinero como indemnización, lo que es común en este tipo de delitos. No obstante, según lo que consignó El País, la joven pidió no recibir réditos económicos en caso de que la justicia española pruebe su versión de los hechos. Cabe destacar que la mujer tiene el derecho de recibir una compensación por las lesiones y los daños morales que sufrió, siempre y cuando el dictamen sea a su favor, pero decidió renunciar a esto por voluntad propia.

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