Pablo Galdames recuerda nítidamente la jornada del 15 de agosto de 2000. Ese día, la Roja de Nelson Acosta consiguió una victoria histórica sobre Brasil. Fabián Estay, Iván Zamorano y Marcelo Salas anotaron los goles del inolvidable triunfo por 3-0 sobre la Verdeamarilla. Han pasado 21 años, pero las imágenes siguen frescas. Y, en gran medida, reviven a propósito del enfrentamiento de este jueves, en el estadio Monumental. “Ya pasaron muchos años de ese partido. Fue . Brasil venía con todas sus figuras. Nosotros, con una cancha llena, pudimos salir a jugar de igual a igual y enfrentar ese partido con la mejor disposición y energía. Gracias a Dios lo pudimos ganar con tres golazos, uno de Iván (Zamorano), uno de Fabián (Estay) y uno de Marcelo. Fue una noche inolvidable para los que estuvimos en la cancha y para la gente también. Han pasado muchos años, pero el recuerdo sigue intacto, como si hubiese sido ayer”, rememora el exmediocampista en El diván del Kily, el programa de conversación de El Deportivo. El diálogo recorrerá ese duelo, su carrera, las de sus retoños Pablo, Thomas y Benjamín, su función en Gendarmería y su incipiente carrera política.
La pregunta es casi de manual. ¿Cómo se le gana a Brasil?
Yo creo que un poco Chile en el último enfrentamiento jugó de igual a igual, le quitó la pelota, no le dio espacios. Esa noche, a nosotros nos costó un poco acomodarnos. Tenían a Cafú por la derecha, a Roberto Carlos por la izquierda. A mí me tocó marcar a Rivaldo, por momentos, a Alex. Eran jugadores desequilibrantes. Nos costó al principio los primeros 20 o 25 minutos. Por suerte pudimos convertir. Después de eso nos agrandamos. Se lesionó Villesca, entró David (Pizarro), Fabián se recostó al lado mío y David quedó más enganchado. Le dimos mayor profundidad al equipo. Me quedé prácticamente solo en la contención, porque Fabián tendía a irse más al ataque. Pudimos enfrentar un partido de igual a igual. La tónica es un poco esa, tratar de atacar a Brasil. Si bien es cierto no viene con todas sus figuras, tampoco es que venga muy diezmado. Al contrario, Brasil puede hacer perfectamente tres selecciones, a diferencia nuestra. Jugamos de local y es donde tenemos que hacer diferencias, a pesar de que habrá menos gente en la cancha. La gente tiene que apoyar. Van a ser 90 minutos de un partido muy táctico, en el que Brasil va a venir a buscar hacer su partido, a hacer tiempo. Neymar va a buscar algunas faltas, se va a quedar en el suelo. Chile tiene que ser inteligente, evitar las faltas en campo propio, salir a jugar de igual a igual, no guardarse nada. Son tres partidos de vida o muerte y este es el que hay que ganar. No se puede transar. Es el más próximo y el que juegas de local.
Desclasifiquemos algo del partido del 2000. ¿Quién presionó para que entrara David Pizarro? Porque el cambio iba a ser otro.
Sí, es verdad, el cambio a lo mejor iba a ser otro. Pensando en la posición, en que Villaseca era más contención clásico, el cambio más natural era Villarroel, pero, bueno, dadas las circunstancias del juego, nosotros que estábamos dentro, previa lectura que hicimos, ya que estábamos prácticamente igualando el juego de Brasil, a lo mejor no era necesario poner otro contención y era más conveniente poner a otro jugador que le diera más juego al equipo, como David. Entonces, se acercó Iván a conversar con don Nelson y le dijo ‘profe, ojo que estamos bien, estamos bien parados. Deje a Pablo solo con Fabián y ponga a Davicho, que se enganche y que nos dé más juego a los delanteros’. La lectura fue precisa. Muchas veces uno que está en el campo siente el juego distinto al entrenador. El cambio fue acertado. David le dio más juego al equipo, porque agarró la pelota. Y Fabián podía cumplir las dos facetas.
¿Es legítimo que el jugador intervenga en estas decisiones?
Obviamente, es una responsabilidad del entrenador, pero, si lo vemos como equipo, nosotros que éramos los principales actores en ese momento y estábamos dentro del campo de juego, teníamos la mejor lectura. Sentíamos que Brasil ya no era el de los primeros 20 minutos y que era justo hacer esa modificación. Por suerte, se dio. Salió perfecto.
¿Qué otras imágenes recuerda de ese duelo?
Para ganar este tipo de partidos, primero que todo, el convencimiento debe ser absoluto. Y a eso hay que sumarle rendimiento. Errores no puede haber. Tienes que marcar bien en la pelota parada, no puedes perder pelotas en la salida, porque si lo haces es peligro de gol. Los brasileños son desequilibrantes en ofensiva. Hay que estar bien parados incluso cuando el equipo esté atacando. Es de esos tipo de partidos en que todo te tiene que salir perfecto. Se necesita la convicción del equipo y el apoyo incondicional de la hinchada. Si Chile le gana a Brasil va a ser un envión anímico importantísimo para los dos partidos próximos, en lo que tendrá la presión de sumar puntos de visita, teniendo en cuenta los que perdió con Bolivia y con Venezuela, que objetivamente, no fueron buenos partidos.
Dio varios tips para ganarles a Brasil. Siempre se dice que hay que quitarles la pelota o que les sean protagonistas les incomoda. ¿Qué les pidió Acosta esa vez?
Creo que un punto importante también son los duelos. Creo que esa noche me tocó uno con Rivaldo y también viví uno con Alex. El Murci Rojas se enfrentó toda la noche con Roberto Carlos y Tello, que estaba por la izquierda, enfrentó a Evanilson. Esos duelos son los que hay que ganar. Luego, Marcelo e Iván arriba volvieron prácticamente loca a la defensa brasileña y fueron mortales en el finiquito. También Fabián. El tercer gol fue un golazo. Esos momentos del juego son claves, aprovechar las situaciones, quitarles la pelota como en la Copa América. Ejercer un pressing alto. Cada uno tiene que entregar más que su rendimiento normal.
Será un partido raro por los ajustes que obliga el bloqueo dispuesto por las grandes ligas, también. Más allá de eso, ¿cómo prevé el partido y qué señales observa en el equipo de Lasarte?
Hay puestos que están claros, especialmente en el mediocampo y en la defensa. Arriba hay que buscarle acompañante a Vargas, porque no está Alexis y tampoco Brereton. Pero, bueno, seguramente Martín tiene claro el naipe. Los jugadores están llegando. Independientemente de los nombres, tenemos una columna vertebral que es conocida, que todavía tiene cosas por entregarle a la Selección, empezando por Claudio, sin dudas. Jugadores que tienen muchos partidos, que les gustan estos duelos. Este partido será importantísimo. Puede marcar un antes y un después.
Justamente, si Chile no suma se empieza a despedir del Mundial.
Es complicado porque tendrían que ir a buscar los puntos a Ecuador y a Colombia. Al revés, si se logran los tres, sería un paso importante. Se iría con otra mentalidad, con confianza. Después de ganarle a Brasil, llegarían con otro ánimo.
El bloqueo europeo
¿Quién pierde más con el bloqueo de la Premier, LaLiga y la Serie A?
Chile pierde dos jugadores titulares, pero al no estar Sierralta vuelve Paulo Díaz. Si Martín piensa en línea de tres, tendrá que echar mano a otro central, que puede ser el Seba Vegas. Pero, claro, ellos pierden una mayor cantidad de jugadores, aunque tienen más a qué echar mano. No son los mismos nombres, es el primer equipo en que Tite tendrá siete u ocho jugadores menos. Quizás les puede costar o quizás marquen diferencias igual. O puede ser un punto a favor para Chile. Ojalá que esas ausencias sean un factor a favor para Chile.
¿Le tocó vivir algo parecido? ¿Cómo hubiera reaccionado puesto en una situación como la de Sierralta o Brereton?
Lamentablemente les tocó vivir esta situación. Los europeos piensan que estar en Sudamérica es prácticamente vivir en la selva, pero no saben que nosotros por lo menos un porcentaje de vacunados mayor que el resto de los países, que la burbuja se ha hecho de buena manera, que nuestra competencia local también se ha hecho de buena manera y el porcentaje de positividad también lo refleja en números. Entonces, lamentablemente, lo veo más que por la pandemia, a ellos les afecta que los jugadores no estén dos o tres fechas. Eso es lo que les molesta. Dicho eso, la realidad es que no tenemos peso en la Conmebol. Si hubiésemos sido precavidos frente a esta situación, porque Argentina es distinto y preparó una situación, la previó y, con el peso que tienen, no les quitaron ningún futbolista. Elaboraron un plan en base a un duelo privado, con anticipación y, hoy por hoy, Argentina está completo. Entonces, si hubiésemos hecho una acción similar, tendríamos el plantel completo también.
¿Hay responsabilidad directiva, derechamente?
Es que son los encargados de tener a nuestros futbolistas de forma íntegra en la fecha que se solicita. Entonces, tampoco quiero tirar bombas, pero siento que no tenemos el peso necesario en la Conmebol como para hacernos fuertes. Lo mismo con el tema de los arbitrajes, que hemos sido perjudicados. Y, al revés, si tuviésemos peso en la Conmebol, no sé si nos hubiesen designado dos veces al mismo árbitro que nos metió dentro de un saco. Claramente eso con Argentina no pasa, con Brasil tampoco.
Su hijo Pablo se salvó del bloqueo, porque acaba de arreglar con el Genoa y es un nuevo jugador chileno en la Serie A italiana.
Pablito está en Italia, buscando firmar su próximo contrato. Tengo plena confianza en que Leo (Rodríguez, su representante) le va a entregar las mejores herramientas para que pueda dar su próximo paso en el fútbol europeo. Es un chico que ha ido dando pasos firmes en su carrera, seguros, pensando en que todo lo que él haga debe ser beneficioso para su carrera, para la familia, tomando decisiones importantes. El paso por Argentina fue clave, más allá de que al principio no jugaba mucho. En el segundo y el tercero sí jugó bastante. Se destacó, fue titular, jugó la Sudamericana, la Libertadores, lo convocaron a la Selección y eso fue un premio al sacrificio y a su rendimiento en el club. Y fue capaz de estar en un grupo selecto de jugadores. Estoy feliz, orgulloso de mi hijo, apoyándolo siempre de forma incondicional. Y, de alguna forma, les marca el camino a sus dos hermanos. Es una cadena. Todos tienen claro lo que tienen que hacer. Siempre hablamos de que tienen que ir tomando buenas decisiones. Saben que tienen que cuidarse, que tienen que ser buenos profesionales para ser exitosos. Como papá, estaré siempre apoyándolos. A morir.
Un padre orgulloso
¿Este salto era el que le faltaba a Pablo para proyectarse como un hombre estable en la formación de la Roja? ¿Estar en Italia le dará una consideración distinta?
Sí. Es lo que buscamos con este salto de calidad, que pueda transformarse en un jugador ya consolidado y de selección en un medio como el italiano, que está varios pasos adelante que el argentino, donde creemos que igual que fue fundamental. Era clave y necesario. A Pablo le sirvió mucho. Ahora necesitará un período de adaptación, porque la competencia es dura. Ya lo vivió en Vélez y no le va a costar, porque tiene un carisma que lo hace ser muy bien recibido en los grupos humanos. Es una virtud que trae él y mis otros hijos. A esperar que se pueda adaptar y que sea el jugador que quiere ser.
Lo percibo como un padre orgulloso. ¿Cómo es ser papá de futbolistas habiendo destacado también en este deporte?
Siempre fui un papá más que exigente, objetivo en los comentario. Entregándoles herramientas. Nunca los presioné. Sí los insté a que fueran deportistas, pero ellos traían la profesión en la sangre. No hubo necesidad de pedirles que me acompañaran a entrenar o al camarín. Por eso son lo que son ahora. Los tres siempre juntos, jugando en los entretiempos o después de los partidos en la cancha. En la U jugaban debajo de la tribuna, con los hijos de Pedro González, de (Edison) Mafla y del Leo Rodríguez. O cuando estaba en Quilmes entraban a la cancha y la hinchada les coreaba. Esas cosas los fueron marcando. Siempre buscaron ser mejores deportistas. Como papá, les entregaba las mejores herramientas posibles, no presionándolos, sino sacándoles presión. Primero buscaba que fueran buenas personas. Todavía se siguen preparando para ser mejores futbolistas. Thomy y Benja trabajan con un preparador físico.
Ya los vio en Unión, ¿sueña con verlos, juntos quizás, en la U?
Es complicado verlos a los tres juntos en la U. A lo mejor sería más fácil en la Selección. No sé si Benja pueda venir a jugar por Chile, porque ya tiene un paso puesto en México, producto de su nacionalidad. En este momento está en un microciclo con la Sub 21. Ellos están preparándose para París 2024. Están no uno, dos pasos delante nuestro. Por eso Benjamín tomó esa decisión, porque cuando lo vinieron a buscar los mexicanos acá ni siquiera había técnico para la Sub 20. La selección mexicana viene de ganar bronce en Japón y ya está preparando el próximo equipo. Dentro de ese grupo está Benjamín. Él vio toda esa seriedad, viajó, conoció el CAR. Esas cosas lo hacen tomar esa decisión. Se siente cómodo, lo hacen sentir importante. También está la posibilidad de que juegue por Chile, pero desde acá no ha habido acercamientos.
A propósito de Benjamín, ¿cómo vivió la situación tensa que protagonizó con Unión, que lo ‘congeló’ para presionarlo a renovar?
Obviamente, me molesté en un momento. Sentí que la decisión dirigencial era muy injusta, porque nosotros nunca dijimos que Benjamín no quería renovar. Al contrario, siempre dijimos que la intención era renovar. Lo que buscábamos era una mejoría en su contrato, considerando que en diciembre quedaba libre y que incluso en junio podría firmar un contrato con un nuevo club, acá o en el extranjero. Pero creímos y estamos súper conscientes de que necesita tiempo de crecimiento. Lo que esperábamos, después de que Benjamín le haya dedicado 12 de sus 20 años al club, de que fue capitán en todas sus categorías, que fue campeón dos veces, de que el 2018 lo eligieran el mejor jugador de su categoría por la ANFP, era que lo mantuvieran jugando mientras nosotros seguíamos negociando, teniendo en cuenta que nunca quisimos que se fuera. La decisión dirigencial fue congelarlo. Tomada la decisión por parte del club, nos sentamos a negociar. Pusimos nuestros números en la mesa, ellos pusieron los suyos, no hubo acuerdo al principio. Buscamos un punto de encuentro, cedimos bastante nosotros hasta que se llegó a uno que creímos conveniente, mejor que el que habían ofrecido en un principio y creímos que lo más sensato era que Benjamín firmara. Firmó hasta diciembre de 2023. Creímos que era lo correcto. Está tranquilo, contento. En toda negociación alguien sale perjudicado, pero lo que buscábamos era una mejoría para Benjamín y que se quedara jugando en nuestra liga.
¿Le afectó que Unión tratara con tanta ingratitud e indiferencia a un Galdames, que son un patrimonio del club?
Obviamente uno siempre espera, por lo que hemos entregado al club, yo, mi hijo Pablo o lo que le va a entregar el Thomy o el Benja, a lo menos que tuvieran un trato deferente con nosotros, pero, bueno, las situaciones se dieron de esa forma. Pudo ser distinto, no se hizo. Fuimos súper gente. Dije lo que pensaba y por ahí se me pasó un poco la mano, pero tienen que entender que por mis venas corre sangre, que sentí que estaban perjudicando a mi hijo. Uno busca un poco de deferencia por el apellido, como bien dices tú, pero las negociaciones son así. A lo mejor el club está administrado por gente que no es hincha del club, pero, bueno, son las reglas del juego y por eso también nos pusimos firmes en un momento y si no aceptaban Benjamín se iban. Estar nueve meses sin jugar lo iba a perjudicar más y fuimos más objetivos y pensábamos que era lo mejor firmar.
El regreso del Coto Sierra, ¿permite avizorar que las cosas se harán de una forma distinta?
El Coto es un emblema del club. Seguramente va a ser el entrenador. Es bueno que llegue gente que conoce bien al club. Qué mejor que sea él, que jugó, se formó, fue técnico, fue parte del crecimiento. Hoy llega en una posición más como de dirigente, pero debería aportar.
¿Le gustaría volver al club como entrenador?
No. Hoy mi trabajo va por otro lado. A pesar de que hice el curso de entrenador, estudié en el INAF y todo, nunca lo quise hacer. Como estaban mis hijos ahí, no quise que se malinterpretaran las situaciones. Tener a mis tres hijos jugando en el fútbol joven de Unión aconsejaba que lo mejor era que no apareciera. Mi camino va por otro lado.
“Se me cayeron las lágrimas al ver a Luis Núñez”
¿En qué está?
Trabajo hace siete años en Gendarmería de Chile. Tengo un cargo importante. Soy asesor del Director Nacional en el tema del deporte. Soy Coordinador Nacional de Deportes. Tengo que ver muchos temas relacionados con la actividad en los funcionarios y también en la población privada de libertad. Estoy feliz y con muchas ganas ejerciendo esta labor, con un grupo de trabajo importante, tratando de contribuir a los funcionarios, que son los que conviven a diario con la población penal, que viven constantemente bajo estrés. Intentamos que mejoren su calidad de vida y su salud mental a través del deporte.
¿Le toca compartir mucho con los reos?
Ahora último, no, por lo de la pandemia. Mi labor es más de oficina, más administrativa. Tengo algunos monitores que trabajan más directamente con la población penal. Antes sí hice la pega, trabajé en la Peni cuatro años, en Santiago Uno, un año. Me he movido por distintos sectores. Estoy contento con el cargo que tengo.
¿Qué se ve en la cárcel? ¿Qué es lo que más lo ha impactado?
Hace poco estuve en una unidad. Me encontré con un chico al que había intervenido en la Peni. Me lo volví a encontrar y, claro, había estado en libertad y por las cosas de la vida volvió a caer. Esto es cíclico, como una rueda. Necesitamos de más recursos, de más apoyo para entregarle a la población penal y que se puedan reinsertar de una forma más certera.
¿Se encontró con Luis Núñez o se ha preocupado de su caso?
Sí. Lo vi un par de veces en Santiago 1 y en Colina 1. Ahora último no lo he visto. Sí estoy al tanto de lo que le está pasando. Lamentablemente está viviendo una situación bastante compleja, porque está próximo a un juicio. Mucho más allá nosotros no sabemos. Y no sabemos qué va a pasar. Ojalá que se solucione para él y que pueda estar pronto con su familia en su casa.
¿Le puso atención especial? ¿Intentó apoyarlo de alguna manera?
Sí, claro. Tratamos de ayudarlo, de acompañarlo, pero, lamentablemente, está en una situación compleja en la cual mucho tampoco podemos hacer. No podemos intervenir en la justicia para que le quiten condena o días de presidio. Al contrario, tenemos que estar acá. Solamente podemos apoyarlo, visitarlo, llevarle algún alimento, un balón de fútbol, algo que lo acompañe en su estadía en la unidad. Más que eso no podemos.
¿Duele verlo ahí?
Claro que me dolió verlo ahí. Se me cayeron las lágrimas al verlo con un poco más de sobrepeso. Verlo en esa condición después de haberlo visto como futbolista, como compañero. Cada uno elige su propio destino. A Luis el entorno, los amigos lo llevaron a tomar malas decisiones. Está en un momento en que todavía tiene tiempo para poder reinsertarse en la sociedad y, una vez que salga, hay que tratar de apoyarlo, orientarlo, entregarle una herramienta, un apoyo. En eso la gente del fútbol puede darle una mano.
Lo último. ¿El Pablo Galdames político, candidato, está archivado?
En esta última pasada fui candidato a concejal por Lampa, donde participó en escuelas de fútbol. Lamentablemente nos fue mal, pero me han invitado a participar en una nueva aventura política e iré como candidato a CORE, por Maipú, Estación Central y Cerrillos, como independiente en la lista de la UDI, acompañando al diputado Lavín. Estoy muy abierto a trabajar en el servicio público. Creo que son situaciones que se van presentando en el camino y las tomo como trabajo. Busco ampliar mi agenda laboral, entregar herramientas a los chicos vulnerables.