Pablo Lemoine (49) es el puntal de la explosión del rugby chileno. Con su llegada a Cóndores en 2018 todo cambió, al punto de que seis años después, la selección nacional ya sabe lo que es disputar un Mundial XV. Un trabajo histórico, que ahora comienza a mirar a Australia 2027, la próxima cita planetaria.
Ese es precisamente uno de los temas que aborda en esta extensa entrevista con El Deportivo. El uruguayo, actual head coach de Cóndores, entrega claves del éxito y reflexiona sobre los desafíos que tendrá el equipo en la ventana internacional de julio, donde enfrentará en territorio chileno a Escocia, Bélgica y Hong Kong. Ahí es donde también habla del trabajo de Selknam, la única franquicia profesional que tiene el país.
Finalmente, Lemoine aborda el rol de World Rugby con las naciones emergentes y cómo el cambio en en el negocio del rugby no necesariamente se traduce en mejoras para las federaciones. También es crítico con la posible distribución de plazas para el Mundial de Australia, donde pese al aumento de cupos, Sudamérica seguirá teniendo solo un clasificado de forma directa.
¿Cómo valora la ventana internacional de julio?
Es buenísimo volver a tener una ventana de tres partidos, algo muy importante para la región. La gente que no sabe, no entiende que es una inversión enorme traer países para Sudamérica. Para World Rugby es una decisión importante y me parece que también es un renococimiento al trabajo de Chile Rugby. En esta ventana para nosotros es clave empezar a ganar, desafiar a nuestros posibles rivales en repechajes, que los jugadores entiendan que este camino empieza de cero.
Dentro de esos rivales está Escocia, ¿vendrán con un equipo alternativo como en 2022?
Escocia viene con su equipo A, está confirmado que viene con su mejor equipo. Nosotros ese partido lo vamos a trabajar para aprender a jugar contra estos rivales. En el Mundial nos costaron mucho los dos Tier 1, tenemos la capacidad, pero no la administración. Hay que aprender y estos son los partidos que nos sirven, son los que realmente nos dan esa información. Todo si es que logramos concretar la primera parte del plan, que es ganarle a los que hay que ganarles. Después de eso hay que competir, aprender y ser mejores con los otros.
Será la primera vez de los Cóndores en el Estadio Nacional a puertas abiertas…
Para un país lograr que sus equipos de fútbol y de rugby jueguen en un mismo estadio es muy difícil y es para pocos países del mundo. Que Chile lo logre, que la gente responda y lograr tener un mega partido me parece que sería parte de la historia cumplida. Sería realmente empezar a creer que lo que pasó en Francia, donde habían 22.000 chilenos en un partido es una realidad y lo podemos repetir acá en casa. Cuando pasan esas cosas es el reconocimiento de los jugadores, a lo que ellos transmiten, a lo que ellos muestran.
¿En la ventana de noviembre irán a Europa?
Sí, tenemos pensado ir unas tres semanas a Europa y poder jugar nuestras ventanas. No está confirmado todo, pero sí que vamos ir.
Este año comienza un nuevo camino mundialista, ¿qué se busca en estos primeros doce meses?
Lo que estamos haciendo es buscar formar un plantel. Tenemos un grupo de jugadores en los cuales vamos a invertir mucho, que son nuestros Cóndores, los que ya jugaron un Mundial, pero ahora lo que hay que hacer es renovar jugadores para renovar la competitividad y que los mejores sean aún mejores. Nuestra idea estratégica es empezar a formar eso, pero al mismo tiempo empezar a cubrir las necesidades grandes que tenemos de competencias, porque ahora vamos a jugar los tres partidos de la ventana, pero después pasar sin jugar casi seis meses es mucho. Surgió en algún momento empezar la eliminatoria en 2024 o 2025, entonces ahí también cambiaría todo. Una cosa es tener un año o dos para armar un equipo y otra cosa es empezar a jugar inmediatamente.
Hablando de Eliminatorias, pese a que no está definido se habla de un solo cupo directo para Sudamérica…
Hay una gran injusticia en esa distribución de los lugares. A veces uno cree que todo es deportivo y claramente no. La expansión de mercado de World Rugby es clara, no viene hacia este lado, sino que va completamente hacia otro. Europa y Asia son sus objetivos y esto lamentablemente hace años que ya no lo dirige más el deporte, sino que la política y lo comercial, entonces ahí es donde tenemos poca capacidad de aportar algo. La verdad que estamos sujetos a otra cosa.
Este año Estados Unidos y Canadá jugarán la Pacific Nations con Tonga y Japón, ¿se planteó que Chile pudiese entrar ahí?
La competencia es difícil de lograrla, pero cuando te ofrecen competencia nosotros no podemos desfinanciar la Federación y todos los demás programas que permiten crear Cóndores para que nos den esa competencia, que es al otro lado del mundo, que no nos permite jugar un partido de local y donde encima te dan las condiciones mínimas. Esto no es solo jugar contra un equipo que te haga un haka enfrente, esto se juega en otros lados. Nosotros tenemos un proyecto global que queremos que sea duradero y sustentable. Ir a una Pacific Nations y jugarse todo ahí me parece que no tiene mucho sentido. Dijimos que no a eso, porque creemos que lo que nos pueden dar acá de competencia nos va a dar mejores plataformas para desarrollar.
World Rugby anuncia nuevamente cambios en las reglas de juego, ¿cree que es positivo o negativo que se cambie tanto?
Hay nuevos actores en el rugby, la televisión tiene un poder enorme y creo que World Rugby no está teniendo la capacidad de justificar por qué no cambiar más. A las veces la visión externa hace que también desvista un poco las estructuras. La búsqueda de nuevos mercados, nuevos clientes, hacen que tu producto, que tú lo veías ideal, termine necesitando cambios. Yo creo que en algún momento va a parar, pero entiendo que no ayuda a la captación de nuevos jugadores, nuevos fans, porque los cambios van mucho rápido que la comprensión. Al arbitraje no lo ayuda, cada vez tienen les están colocando reglas, bombardeando el reglamento con el que aprendieron. Son decisiones que lamentablemente estamos lejos de poder frenar o donde poder incidir, ni siquiera tenemos consulta.
La sensación es que World Ruby no ha podido gestionar del todo esta expansión de mercado…
Sin lugar a duda hay cosas que no están bien. Los aportes económicos a los países no cambian y el mercado ha cambiado, el negocio ha cambiado. Creo que han crecido mucho más las estructuras que en definitiva los aportes directos a los países.
En septiembre cumple seis años en Chile...
Para mí ha sido un gran desafío personal y soy un tipo muy feliz con lo que se ha logrado. Cada vez hay más gente interesada en ser parte de esto, ya sea por algo laboral o de experiencias, entonces nosotros podemos estar contentos de haber despertado el potencial que había en Chile. Lo logramos desenterrar y ponerlo en un lugar de privilegio.
¿Ha habido momentos de dudas?
Yo soy un tipo muy ambicioso, que se proyecta mucho. Yo visualizaba la cancha del Car, pero también visualizo un estadio e ir al otro Mundial. A veces sentía que no tenía ese apoyo, esa visión y a mí me gusta ser 100% responsable de mis proyectos. No tengo ningún problema en decir me equivoqué, pero lo que no me gusta es que mis proyectos fallen por responsabilidades de otros. Ahí es donde lo encuentro injusto. Si alguna vez dudé ha sido por esas cosas, pero he tenido grandes aliados en esos momentos, Michael Kanaan, Miguel Ángel Mujica, Raúl Sigren, Cristián Rudloff. Hay una gran cantidad de gente en Chile que quiere que al rugby chileno le vaya bien.
¿En estos años ha recibido ofertas de otros proyectos?
Bastantes. Siempre se las he mostrado al presidente, pero no por un tema económico, sino para dejar en claro que mi compromiso con el proyecto es total.
Parte de su trabajo también está muy relacionado a Selknam, ¿cuál es el balance de la actual campaña?
A veces es difícil entender el rol que cumple Selknam. Al principio lo teníamos mucho más claro porque sabíamos que era la introducción al profesionalismo, a todo lo que es el alto rendimiento y a poder mantener el rugby durante los primeros seis meses del año con estructuras fijas. Después, nos hemos transformado más competitivos, con años buenos y todo eso hizo que Selknam se vea como un equipo que tiene que cumplir un solo rol, que es ser campeón. Pero Selknam sigue cumpliendo el mismo rol del inicio, que es introducir jugadores jóvenes, permitirles conocer el profesionalismo.
Este año el plantel tuvo muchos cambios, ¿cómo ha sido formar este nuevo plantel?
Hay gente que se tiene que ir, porque tienen que entrar otros, porque tienen una carrera por delante y porque tienen que darnos algo diferente. Ahora empieza una carrera nueva de cuatro años. Los chicos que hoy tienen 20 o 21 años van a tener 25 o 26 si nos toca ir al próximo Mundial, entonces ahí es donde nosotros tenemos claro dónde visualizarlo. El jugador tiene un ciclo, lo que pasa es cuando nosotros empezamos el proyecto en 2018 lo empezamos cortado. Tomamos lo que había y ahí empezamos. Se fue filtrando solo y se fueron tomando decisiones en el camino. El 2023 fue el final de esa etapa y por suerte hay una cantidad de jugadores que ya lo entienden. Es duro, pero todo el mundo aporta y esa es una de las cosas buenas que está teniendo el rugby chileno, que lo jugadores entienden cuál es su rol en esta estructura y a veces en los momentos difíciles siguen empujando.
¿Qué le ha aportado Jake Mangin como head coach a este nuevo Selknam?
Tiene mucha experiencia, que es una cosa importante en esto porque hay buenos y malos momentos. Ser entrenador de buenos momentos es fácil, pero hay que tener experiencia para el manejo de los malos momentos y ahí es donde creo que Jake tiene un bagaje y una experiencia que le ha dado a los chicos tranquilidad, convencimiento de su trabajo. Han trabajado duro y lo han validado inclusive en los momentos donde la tormenta estuvo ahí. Es un entrenador con mucha experiencia, que desafía todas las estructuras y me parece eso es el alto rendimiento. También va a estar con Cóndores, ayudándonos en la parte ofensiva.