Su segundo lugar el año pasado lo perfilaba como uno de los favoritos en la categoría de motos en el Dakar 2021. Pero Pablo Quintanilla (34) no pudo repetir su actuación y finalizó séptimo en la tabla general en la edición recién culminada.
¿Cómo evalúa su Dakar?
No fue el Dakar que estábamos buscando y para lo que me había preparado. Tuvimos muchos inconvenientes durante toda la carrera. La puesta a punto de la moto no fue la esperada y eso afectó mi rendimiento. Si bien tuve el séptimo lugar, no me deja para nada contento, pero también entiendo que así son las carreras.
¿Qué tan malo es la séptima posición?
No es un mal lugar, pero para lo que me preparo es para pelear un podio. Un top 10 es buen resultado, pero no es lo que estaba buscando.
Al menos suma experiencia.
Por supuesto. Terminar un Dakar ya es un gran logro. Este fue durísimo en todo sentido. Muchos accidentes y abandonos que te van afectando como piloto.
El año pasado fue segundo. ¿Es un fracaso no entrar en el podio?
Terminar un Dakar nunca será un fracaso. Mi gran meta es ganarlo, me preparé para eso. Las cosas no se dieron, no tuve la moto que estaba esperando, tuve inconvenientes con la suspensión que no me permitía llevar mi ritmo.
¿Era nueva la moto?
Todas las carreras son con motos nuevas, pero este año se cambiaron algunos materiales de la suspensión, algunos seteos que no pudimos probar bien durante el año. No funcionaron los cambios y probamos un día antes la moto. Desde el primer día empecé a sentirme incómodo, que no era la moto que estaba acostumbrado a manejar.
¿Era mejor no hacer esos cambios?
Hay hartos factores que influyen. Son decisiones de fábrica, de los ingenieros. Los cambios se hacen en busca de mejores resultados. Así sin los fierros, a veces los cambios funcionan y otras no.
¿Qué le pareció Arabia Saudita como sede?
El clima no estuvo pesado. La geografía estuvo bien completa, bien técnica. Mucha piedra, la navegación estuvo muy alta en medio de valles, caminos poco visibles, arena, piedras, dunas, piso seco, piso roto, caminos de autos. Fue difícil.
¿El momento más complejo de la carrera?
El día que se cayó Toby (Price) y Luciano (Benavides), mi compañero de equipo. Me tocó ver a los dos en el piso, primero a Toby. Después me tocó asistir a Luciano por cerca de media hora. Son momentos difíciles, tienes que asistir a tu compañero por mientras que viene el cuerpo médico en helicóptero.
¿Y el que más disfrutó?
La etapa 11, donde salí segundo.
¿Qué se piensa cuando se lleva más de tres horas en la moto en pleno desierto?
Uno va muy metido en lo que va haciendo, tratando de ir lo más rápido posible. Hay momentos en los que te desconcentras, por supuesto, cuando cometes un error o pasa una situación de estrés. Pero después vuelves a foco.
¿Cómo se tomó el accidente de José Ignacio Cornejo?
Me dolió, me dio mucha pena por él, somos muy buenos amigos. Venía haciendo una carrera espectacular y tenía todas las condiciones. Iba ganando la carrera de manera muy inteligente. Se merecía estar adelante. Pude estar con él el día que se cayó después de la etapa, pude abrazarlo. Es un piloto joven, el de mayor proyección entre los que estamos corriendo.
También falleció un motociclista, Pierre Sherpin. ¿Lo conocía?
No, supe porque nos informaron. Es la parte fea de este deporte, las muertes y accidentes los vemos año a año. Lo lamento mucho.
¿Eso le hace replantearse seguir en este deporte?
Uno siempre hace una reflexión con respecto a lo que estás arriesgando, a lo bueno y lo malo. Quizás cuando eres joven no le tomas tanto el peso al riesgo, pero con varios Dakar en el cuerpo uno empieza a ser más consciente del riesgo y tratas de disminuirlo lo más que se pueda. Pero sigo con las mismas ganas.
Chaleco López ganó en su disciplina. ¿Se juntan a festejar los chilenos?
No comparto mucho porque estoy en un equipo bien estricto. Sobre todo este año que fueron más estrictos por el tema del Covid-19. Los pude ver al final de la carrera para poder felicitarlos, darles un abrazo y decirles lo bien que lo habían hecho.