Colo Colo está herido. Malherido. En riesgo de muerte. Y si no lo asume, puede conocer el infierno. Está tan débil que no es capaz de reaccionar si le marcan un gol. Tan famélico que no es capaz ni siquiera de disimular con ganas su evidente falta de fútbol. Tan falto de convicción que no logra prolongar el nivel que exhibió frente a Antofagasta, que tampoco fue brillante, pero que alcanza para ser considerado como lo mejor que ha ofrecido desde el retorno. Colo Colo está mal. Vuelve a perder y sigue complicándose. Da un paso hacia adelante y retrocede dos. O tres. Vuelve a la zona de peligro y no muestra argumentos para salir. La caída por 3-1 ante Palestino lo deja más que claro.

El equipo de Gustavo Quinteros, quien poco ayuda para salir de la confusión con sus peleas con los jueces, que ahora le costaron la expulsión, sufre una recaída. En sus propios vicios. En sus propios errores. Vuelve a ser incapaz de encadenar cuatro pasos seguidos. Tampoco genera ocasiones de riesgo.

Otro síntoma de este enfermo: hasta Paredes, quien ingresó en el segundo tiempo para aportarle algo de contundencia al ataque, se pierde un gol desde un lugar en el que antes no habría fallado. Parte en desventaja, logra empatar, pero la tranquilidad le dura un par de minutos. Y le vuelven a pasar por arriba. Y vuelve a sufrir en un loop que parece eterno.

Palestino, en cambio, revive. El estreno de José Luis Sierra le sirve de tónico para ganar después de seis partidos, la racha maldita que le costó el puesto a Ivo Basay. Y para cambiar algunas ideas. Se vio más activo el cuadro árabe. Más protagonista. Otro debut, el de Carlos Villanueva, terminó siendo vital. El Piña, quien desde 2013 no pisaba una cancha chilena, no necesitó de la manoseada adaptación para hacerse notar por su talento. De hecho, un vistoso pase suyo originó la jugada en que Guillermo Soto asistió para que Jonathan Benítez anotara el 1-0, en los 8′. Un golpe fuerte para Colo Colo.

Tampoco es que el equipo de La Cisterna haya realizado un partido descollante. De hecho, le bastó la jerarquía que le aportaron Luis Jiménez, César Cortés, Agustín Farías y el citado Villanueva, además de la contundencia de Benítez, para marcar diferencias en el juego, que encontraron premio en un dudoso penal, apenas un par de minutos después de que Insaurralde hubiera marcado la igualdad.

Miguel Pinto salió a enfrentar a Fernández y, aunque tocó el balón, se llevó por delante al lateral árabe. El juez Lara no tuvo dudas para sancionar la falta, pese a la resistencia alba. Desde los doce pasos, Agustín Farías le asestó otro golpe al Cacique moribundo.

En el cierre, el ex azul Matías Campos López le clavó la tercera estocada a Pinto. Y a un Colo Colo tan anémico e indolente que ya ni siquiera la sintió.

Palestino

Lanzillota; Soto, Acevedo, Guerrero (70′, Sanhueza), Fernández; Farías, Cortés; Villanueva (82′, Campos L.), Jiménez, Benítez; Benegas (62′, Carrasco).

DT: José Luis Sierra

Colo Colo

Pinto; Campos, Falcón, Insaurralde, Opazo (73′, De la Fuente); Provoste (54′, Mouche), Fuentes (84′, Alarcón), Suazo; Costa, Parraguez, Valencia (54′, Paredes).

DT: Gustavo Quinteros

Goles: 1-0, 8′, Benítez, tras jugada asociada entre Villanueva y Soto; 1-1, 75′, Insaurralde, de cabeza, tras córner ejecutado por Mouche; 2-1, 80′, Farías, de penal, tras falta de Pinto sobre Fernández y 3-1, 90′+5, Campos, define en el centro del arco, tras pase de Carrasco.

Dirigió Juan Lara. Amonestó a Soto, Farías en Palestino y a Valencia, Falcón, Pinto, Suazo, Paredes. Expulsó a Quinteros en los 22′, después de amonestarlo.