Inicialmente, eran 14 atletas los que pelearían por quedarse con el Maratón de Santiago, aunque solo cuatro, los keniatas, fueron realmente los candidatos para ello. Pero desde los 21 kilómetros, solo Jacob Chulyo, actual 124º del mundo en el ranking de maratones de la IAAF, casi nadie, quedó con ese cartel. En 2.13'15", el africano se quedó con el oro de la prueba. El podio lo completó el peruano Max Belisario, con 2.16'12", y Eliud Kiprop, también de Kenia, con 2.18'22".

Fue muy lenta carrera, pero bastante rápida la definición. Recién a los tres kilómetros, el pelotón de atletas africanos tomó la ventaja absoluta, separándose por al menos 30 metros de los peruanos. Los chilenos, liderados por el experimentado César Díaz y Eduardo Galaz, estaban mucho más atrás.

Pero Kipchirchir y Chulyo impusieron su ritmo enardecido para descolgarse de todos. Pero Chulyo tenía su arremetida guardada. Desenfundó sus zancadas endiabladas inmediatamente al completar los 21k. Comenzó a acelerar para pasar a la punta de la prueba. De ahí en adelante nadie pudo frenarlo.

El keniata ansiaba tanto ganar, ansiaba tanto rebajar el récord del circuito, que dejó todo sobre el asfalto. Bajo el calor de Santiago, que alcanzó los 24º C para el tramo final de la competencia, corrió tanto que su sudor llegó a hacer espuma.

Así, el africano se coronó en una carrera sicológica más que competitiva, donde debió enfrentarse a Santiago en completa soledad. Mención aparte para Belisario, el peruano, que hizo una carrera desde atrás para quedarse con la plata. Aguantó su ritmo hasta que remató en los 10 km finales.

En damas, en cambio, la keniata Gladys Jepkemoy se quedó con el primer puesto. Lo hizo en 2 horas 36'35". En el segundo lugar la siguió su compatriota Sophia Jebiwott, con 2.38', mientras que Nicolasa Condori, de Perú, se quedó con el bronce en 2.42'24".

La ganadora realizó la misma carrera de principio a fin, desafiando al resto a mantener su ritmo, de 3'12" por kilómetro. Lo hizo a tope, con 190 latidos por minutos (según su pulsómetro Garmin), para llegar distanciada por casi un kilómetro de sus perseguidoras.

Santiago demuestra una vez más que su fuerte está en la gente, no en sus marcas. El ganador de 2018 lo hizo un minuto más rápido (2.12'15"). 33 mil se reunieron ayer frente a La Moneda para vivir la fiesta, una más dentro de las siete que ayer se disputaron. Los 42k chilenos fueron, sin embargo, los más lentos del domingo. Róterdam, en cambio, fue la más rápida con las 2.04'11" del keniata Magnus Kipserem.