Chelsea por fin pudo levantar el trofeo que le faltaba. El actual equipo campeón de la Champions League se alzó como flamante ganador del Mundial de Clubes por primera vez en su historia tras ganar por 2 a 1 en el alargue al Palmeiras de Benjamín Kuscevic, quien estuvo en la banca durante todo el partido.
Los ingleses pudieron tomar revancha de la final perdida el 2012 ante Corinthians. Ese año, el conjunto brasileño venció a los londinenses por 1 a 0 en Japón. Esto alarga más la sequía de Sudamérica en estos torneos, pues desde el título del Timão que ningún equipo de estas latitudes ha podido alzar este trofeo.
En cuanto al partido, el primer tiempo estuvo intenso, aunque sin tanto peligro rondando las áreas. Con un Palmeiras, como es la tónica del equipo dirigido por Abel Ferreira, fue un muro infranqueable para un Chelsea que, plagado de figuras, no pudo romper las líneas defensivas del cuadro brasileño.
Sin embargo, en el segundo tiempo llegaron las alegrías. En el 54′ el belga Romelu Lukaku conectó de cabeza un gran centro de Hudson-Odoi para decretar la apertura de la cuenta en Abu Dabi. El delantero, quien no había tenido tanta participación, encontró un hueco para poder anotar y festejar. Un peligro siempre en el área.
Pero Palmeiras pudo empatar el partido a tiempo. Al 60′, inexplicablemente Thiago Silva realizó una inocente mano dentro del área que fue vista por el VAR. Luego de unos minutos, el juez del partido determinó el cobro a favor del equipo del chileno. Y, a los 63′, Raphael Veiga tradujo en gol la pena máxima para empatar el encuentro.
Luego, el cotejo se mantuvo parejo. Palmeiras pudo dominar desde el aspecto defensivo, algo a lo que está acostumbrado. En tanto, el equipo londinense dio entrada a Werner y Saúl Ñíguez para dar más profundidad y apertura por las bandas. Sin embargo, no encontró las respuestas ofensivas necesarias y el conjunto de Thomas Tuchel se enredó en el entramado defensivo de los brasileños. Así, igualados a 1 se fueron al alargue.
El partido en los 30 minutos de alargue mantuvo la tónica. Con un Palmeiras más cansado, Chelsea intentó presionar en la primera mitad. Con más ímpetu que fútbol, el equipo inglés encerró constantemente al actual campeón de la Libertadores.
En el 113′ fue el minuto donde todo empezó a complicarse para Palmeiras, pues Luan cometió una mano tras remate de César Azpilicueta. Consultado por el VAR, y tras la pertinente revisión, el juez central decidió cobrar la pena máxima que en el 117′ Kai Havertz convirtió en gol.
Así, ya sin piernas, el equipo del chileno comenzó a declinarse y a aceptar el destino. Y Luan, para rematar su cierre, fue expulsado en el 120+6′ por una falta contra Havertz, que el árbitro interpretó como último recurso. Luego de eso, pitazo final y título para los ingleses.
Con este triunfo, Chelsea por fin pudo tomarse revancha de la final de 2012 y ahora sí podrá completar su vitrina con el trofeo que le faltaba.