Este maratón lo correré por mi amigo José Luis y su hija, Amalia, una niña autista que no puede hablar y le prometí que correría. Ella estudia en una escuela especializada en su trastorno, Centro Credere, y junto a esa comunidad buscamos este desafío para poder apoyarla a ella y otros niños.

Nos hemos preparado durante meses. Para mala fortuna, estoy lesionado del dedo pequeño de mi pie izquierdo. Ocurrió hace algunas semanas, jugando un partido de rugby y me lo quebré. Esto fue en Barcelona. El dedo aún no está recuperado, pero en realidad correré con el corazón.

Mi preparación consistió en correr cuatro veces a la semana, en distintos ritmos y volúmenes de trabajo. Y con varios sacrificios, sobre todo en la alimentación. Los rugbistas tenemos sobrepeso y si bien no sé cuánto pesaba antes de comenzar a prepararme, ni ahora, calculo que he bajado unos 12 kilos durante este proceso.

Dos años después de llegar a trabajar a Chile, me adentraré en mi primer maratón. Pero ya he corrido bastantes carreras largas, como algunos trail u otros ultramaratones. También aquí. Por eso, básicamente mi objetivo es terminarlo. Confío en que mi cabeza se impondrá. Mi temple será fundamental.

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