Para rentabilizar la inversión: el alto valor de las entradas para el duelo ante Limache pone a discutir a Colo Colo

Este jueves, Colo Colo debuta en la Copa Chile. Los albos recibirán al ascendido Deportes Limache. Será el reencuentro oficial del campeón del fútbol chileno con sus hinchas en un año especial: el del centenario del club. Ya hubo un primer acercamiento, ante Racing, que no terminó bien: en lo deportivo, porque el equipo de Jorge Almirón dio muestras de que aún no alcanza su mejor nivel, y en lo organizativo, porque durante ese duelo se produjeron detonaciones de fuegos artificiales y la primera amenaza concreta de boicotear la Supercopa ante Universidad de Chile, que, finalmente, no se jugó por disposición de la Delegación Presidencial de Coquimbo.

Blanco y Negro pretende girar a cuenta de las expectativas que genera un plantel fortalecido por cinco figuras y dos retornos. Claudio Aquino, Salomón Rodríguez, Sebastián Vegas, Tomás Alarcón y Víctor Felipe Méndez integran la primera categoría. Brayan Cortés y Emiliano Amor se sitúan en la segunda. Esas inversiones y la ya pesada mochila que implicaba mantener a las figuras del plantel actual, con Arturo Vidal como el sueldo más alto, obligan a los albos a salir a buscar recursos para garantizar la viabilidad económica del ambicioso proyecto deportivo. El Rey, por cierto, está suspendido y no podrá jugar ante los tomateros.

Los albos solicitaron autorización para utilizar el aforo completo del estadio Monumental. Es decir, para recibir a 40 mil fanáticos. Esa cifra grafica la intención de sacarle provecho al interés de los seguidores del Cacique por ver en acción al equipo de Jorge Almirón. Si la respuesta es

El siguiente elemento es el más decisivo: el valor de las entradas. Los valores son equivalentes a los que se cobran en un partido importante a nivel local. El acceso al sector Rapa Nui, el más exclusivo de los que se ponen en venta, cuesta $ 60 mil; a Océano, $ 25 mil; a Cordillera $ 16 mil; y a Caupolicán, Tucapel, Lautaro, Galvarino, Arica y Magallanes, los sectores de galerías, $ 9 mil.

Por fijar un parámetro a nivel local, los valores son levemente inferiores a los que los albos cobraron para el choque frente a Universidad Católica, en el que comenzaron a fortalecer su candidatura al título del año pasado. Esa vez, el acceso a Rapa Nui costó $ 65 mil; a Océano, $ 35 mil; a Cordillera $ 20 mil y a las galerías, $ 10 mil.

Eso sí, los precios ni siquiera se acercan a los que se cobraron para el choque frente a River Plate, por los cuartos de final de la Copa Libertadores, que adquirieron ribetes históricos. Esa vez, el acceso a las galerías costó $ 18 mil; Cordillera se vendió en $ 55 mil y Cordillera, en $ 35 mil. Los niños pagaron $ 27.500 en Océano, $ 17.500 en Cordillera y $ 9.000 en Caupolicán.

Aníbal Mosa pidió comprensión. “Espero que los hinchas entiendan el precio de las entradas. Tenemos que financiar todas estas inversiones que estamos haciendo. Todo esto es por mantener un equipo competitivo”, explicó en la radio ADN, en relación al alza. “Seguimos siendo el equipo con las entradas mas baratas”, insistió, en una afirmación que se presta para interpretaciones.

Lo que sí resulta menos debatible es que el ítem forma parte importante en la economía del club popular. “Financiamos el equipo con una gran parte de nuestros hinchas. Metemos alrededor de 900 mil personas en un año. El esfuerzo que hacen los hinchas es muy importante para mantener esta plantilla”, sentencia, en relación al soporte que representa el respaldo popular a las finanzas institucionales.

Entre los fanáticos, de hecho, la publicación de los valores de las entradas produjo un efecto llamativo. Curiosamente, los cuestionamientos son minoritarios. La mayoría se inclina por justificar los valores, precisamente por la alta carga financiera que tendrá el club durante esta temporada y por el decisivo aporte que deberían significar los recién llegados para una estructura que aspira, otra vez, a ganarlo todo a nivel local y, principalmente, a superar la última campaña en la Copa Libertadores, en cuya última versión los albos alcanzaron los cuartos de final. En Macul, los lujos se pagan.