Cada vez que se inicia una nueva etapa en la selección chilena reflotan las ilusiones y expectativas. Y con la coyuntura actual aun más, porque la Roja no goza hace mucho rato de las mieles del éxito, y porque ahora manda el entrenador que transversalmente se solicitaba para virar un camino sinuoso: Ricardo Gareca. Con menos de una semana de trabajo en cancha, el cuadro nacional tuvo su primera vez con el Tigre y la historia partió con el pie derecho. En Parma, un triunfo de 3-0 marcó el estreno del ex DT de Perú.
Las Águilas, ubicadas en el 64° puesto del ranking FIFA y dirigidas por el brasileño Sylvinho, fueron locales en el Estadio Ennio Tardini. Si bien están en una zona secundaria en el concierto de la UEFA, cuentan con una fuerte base en la Serie A y llegaron al amistoso con un invicto de un año. Ante este examinador, la Selección salió a mostrar sus cartas, con la confianza del entrenador en la base histórica.
Bravo, Isla, Sánchez y Vargas como titulares. Tanto el Huaso como Turboman no jugaban con el seleccionado desde marzo de 2022, en el epílogo de las Eliminatorias para Qatar. La primera alineación de Gareca contó con un promedio de edad de 29,7 años, con una diferencia de 20 años entre el más veterano (Claudio Bravo) y el más joven (Darío Osorio).
El partido deja conclusiones relativas, porque el trabajo de Gareca en el campo lleva muy poco tiempo. De todos modos, algo se vio que arroja sensaciones esperanzadoras. Desde lo táctico, el DT argentino dispuso de su dibujo matriz, el 4-2-3-1 que utilizó mayoritariamente en Perú, aunque en pasajes mutaba a un 4-4-2 cuando Alexis Sánchez se instalaba junto a Eduardo Vargas. El Niño Maravilla pedía libertad, en lugar de mecanización, y tuvo libertad. El jugador del Inter flotaba como el generador principal, aunque tiende a retroceder demasiado.
Los primeros 20 minutos de la Roja fueron más que interesantes, con laterales proyectados en ataque ante una Albania compactada en su territorio. Chile tuvo posesiones largas, manejando el balón tratando de generar espacios, aunque le faltó profundidad para llegar al arco de Strakosha.
Uno de los desafíos mayúsculos de Gareca en la Roja es dotar al equipo de goles, una falencia preocupante desde hace años. El primer gol de esta nueva era se tardó 19 minutos en llegar, obra del retornado Eduardo Vargas. El jugador de Atlético Mineiro sacó un remate bajo al primer palo, tras pivoteo de Dávila. Gol 41 en la Roja, para el segundo goleador histórico de la Selección, justificando su regreso.
Tras un inicio prometedor, hasta el 1-0, Chile perdió algo del control del encuentro, aunque no sufrió en defensa. Los albaneses no inquietaron nada a Claudio Bravo, el capitán del equipo, quien estaba volviendo a la actividad tras una larga ausencia por lesión. Tampoco pasaban zozobras la pareja de Igor Lichnovsky con Paulo Díaz en la zaga.
Los guarismos indicaron que la posesión del primer tiempo fue del 54% para Chile, con un solo tiro a portería: el gol de Vargas. Uno de los aspectos a mejorar, con el paso de los ensayos, es traducir la tenencia de pelota en ocasiones de riesgo en el área rival. En el complemento, el duelo fue menos vistoso. Se hizo más denso, hasta el epílogo cuando llegaron más anotaciones.
Lo más peligroso en área albanesa sucedió en los 57′, con un remate elevado de Dávila. El trámite del encuentro dejaba a un Chile más directo en ofensiva y más compacto. Los esfuerzos de Albania no causaban riesgo en una defensa ordenada. No se vio exigido a Bravo durante el encuentro. Recién en los 75′ un intento de Broja generó algo de susto, pero un cruce de Isla fue salvador. El hombre de Independiente cumplió en su vuelta.
En los 82′, Alexis fue reemplazado por Marcos Bolados. Y al minuto siguiente, el colocolino respondió con un gol. Tras asistencia de Dávila, el ex Antofagasta hizo el 2-0. Nuevamente Bolados se hizo presente en el marcador en el debut de un técnico. Ya sucedió el 24 de marzo de 2018, ante Suecia, en el estreno de Reinaldo Rueda. Faltaba más. En el tiempo añadido, Víctor Dávila, uno de los que respondió a la confianza, hizo el 3-0. Al valor del CSKA le faltaba un partido así por la Roja.
Siempre es importante comenzar un proceso con un triunfo. Es recién el inicio de la etapa de Gareca al mando. De igual manera, hay sensaciones positivas para rescatar y, además, en el afán de reencantar a los hinchas. Un dato no menor: Chile no le ganaba a un rival europeo desde el 4 de junio de 2018. Fue un 1-0 a Serbia, con Rueda al mando.
Ahora viene Francia, el próximo martes, en Marsella. Esas son palabras mayores.
Ficha del partido
Albania: T. Strakosha; E. Hysaj, E. Mihaj, B. Djimsiti, M. Mitaj; Y. Ramadani (57′, Q. Laci), K. Asllani; T. Seferi (78′, A. Hoxha), N. Bajrami (72′, E. Muci), J. Asani (63′, A. Mucolli); y R. Manaj (68′, A. Broja). DT: Sylvinho.
Chile: C. Bravo; M. Isla (86′, N. Fernández), I. Lichnovsky, P. Díaz, G. Suazo; R. Echeverría (90′+3′, E. Pavez), M. Núñez (72′, C. Pérez); D. Osorio (86′, C. Zavala), A. Sánchez (82′, M. Bolados), V. Dávila; y E. Vargas (72′, B. Brereton). DT: R. Gareca.
Goles: 0-1, 19′, Vargas, remate bajo tras pivoteo de Dávila; 0-2, 83′, Bolados, define tras pase de Dávila; 0-3, 90′+3′, Dávila, remate bajo al primer palo tras pase de Brereton.
Árbitro: L. Pairetto (ITA). Amonestó a Ramadani, Hysaj (A); Sánchez, Suazo (CH).
Estadio Ennio Tardini, Parma (Italia). Asistieron 20 mil personas, aprox.