Paredes no tiene límites

Colo Colo
Foto: Photosport.

El delantero fue la gran figura del triunfo de Colo Colo sobre Temuco en Macul. Con su conquista ante los sureños, el ariete llegó a 200 por torneos nacionales.



Qué se puede escribir a esta altura de Esteban Paredes. Únicamente sentarse a esperar que rompa de una vez el récord de Chamaco Valdés. Poco importa que a esta altura de su carrera, con el carnet haciéndole sentir el rigor de los años, sus apariciones en el partido sean a cuentagotas si al final siempre termina desnivelando. Ante Temuco, en un partido flojo, jugado a la velocidad de un velero contra el viento, el Tanque fue la diferencia precisa para desnivelar la balanza con un gol para su larga e interminable colección de festejos y una participación directa en el autogol de Gamonal.

Aquellas acciones de Paredes, ambas sobre el final de cada tiempo, el primero tras un rápido contragolpe iniciado por un saque de Orión y otro con directa colaboración de Gamonal, rompieron la monotonía de un partido entre un equipo que todavía padece el luto por la salida de Pablo Guede del banquillo y otro que no se podía las piernas tras el extenuante viaje desde Venezuela, tras jugar por la Copa Sudamericana. Tan insoslayable es este dato, que Giovagnoli debió alinear a muchos de los habituales suplentes porque simplemente los que jugaron ante Estudiantes de Mérida no se podían las piernas, tras arribar a Santiago en la madrugada del viernes.

Entonces, en este escenario poco propicio, sólo alguna genialidad iba a romper el cristal de la letanía. Y está claro que en el actual estado de gracia, Paredes está llamado a ser el salvador de Colo Colo. Lo fue en el clásico de la semana pasada ante la U y ahora le regaló tres puntos al Cacique con un sombrerito preciso y precioso ante la salida de un desparramado Gamonal, que entre salir a achicar y quedarse debajo del travesaño, quedó a mitad de camino, simplemente para ser un espectador de lujo del gol 200 del ariete en Primera División.

Era la aparición inicial en ataque de Paredes en el atardecer de Macul. Recién volvería a poner en aprietos a Gamonal a cinco minutos del final con un remate bajo, que esta vez sí el arquero logró desviar al tiro de esquina. Claro, el equipo albo no se generó demasiadas chances para convertir. El tándem Valdivia-Pinares nunca logró encontrarse en la mitad de cancha y siempre quedaron a merced de una acción individual para romper la muralla defensiva de Temuco. El Mago, incluso, pecó en algunos pasajes de poco egoísta al preferir habilitar a un compañero en el área antes de definir por su cuenta en inmejorable posición de remate.

Entonces, con una diferencia tan exigua en el marcador, el cuadro sureño se olvidó por algunos minutos del cansancio a cuesta y se fue en contra del arco de Orión para buscar la igualdad. Y en un par de apariciones, sobre todo a través de la pegada de Miguel Aceval, estuvo cerca de convertir. De hecho, un tiro libre del zurdo pasó muy cerca del palo, cuando el portero transandino estaba estacado al piso.

Pero aquella reacción tardía de los sureños no bastó para equilibrar el marcador. Ni menos para opacar otra gran noche de Paredes, que empecinado en alcanzar el récord de Chamaco gritó como propio la segunda conquista más allá del claro autogol de Gamonal, consignado por el propio árbitro, aunque a esta altura poco importa. Porque más allá de si logra superar al histórico volante, lo cierto es que cada gol del Tanque a esta altura vale aplaudirlo. Como el del domingo pasado. O el primero de la victoria ante Temuco en el Monumental. El delantero, en este minuto, es patrimonio del fútbol chileno. Y eso se lo ganó en la cancha.

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